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Articulado




       la violencia es un recurso eficaz y aceptable para hacer frente a   definitiva en dicha influencia, ya que a una edad más temprana
       los conflictos en la familia. Como explicara Bandura (1984; en   de inicio se consolidará más fácilmente la retroalimentación
       Trujillo, 2013) en su teoría sobre el aprendizaje social, un com-  entre ambos factores.
       portamiento violento si se considera eficaz y sin consecuencias
       negativas para quien lo emite, tendrá gran probabilidad de re-  Siguiendo con las perspectivas integradoras con base en los
       petirse, y más aún si se ve reforzado por personas significativas   procesos evolutivos, cabe mencionar el modelo de desarrollo
       para el agresor (condicionamiento operante). A esto se suma el   positivo del adolescente (Benson, Mannes, Pittman y Ferber,
       aprendizaje vicario mediante la observación y el modelado de   2004). Este modelo, a diferencia de otras teorías que conside-
       comportamientos violentos de otros. Posteriormente Bandura   ran la adolescencia como una etapa crítica con más dificultades
       (1986; en Peña, 2011) añadiría el componente cognitivo de la   que fortalezas, pone el énfasis en la existencia de condiciones
       percepción de autoeficacia que tendrá el individuo y que incidi-  favorables, recursos y oportunidades para promover un ade-
       rá en los procesos de adquisición, mantenimiento y cambio de   cuado desarrollo, incidiendo por tanto en que la potencialidad
       las conductas.                                        para el cambio en las conductas es el resultado de la interac-
                                                             ción entre un individuo en desarrollo, y el entorno en el que
       También  se  ha  formulado  la  denominada  Teoría  ecológica   está inmerso (Antolin, 2011).
       que se basa en explicar los problemas de conducta como el
       resultado de la interacción entre la persona y una comuni-  Y si nos fijamos en las conductas de violencia sexual, nos en-
       dad interconectada, organizada en cuatro niveles principales   contramos con el modelo integrador de Ward y Haya (2005;
       contenidos unos en otros: el microsistema, el mesosistema, el   en Seto y Lalumiere, 2010), donde se intenta congregar los
       exosistema y el macrosistema. El microsistema, serían los con-  factores de nivel macro, como los factores socioculturales, con
       textos inmediatos a la persona, como por ejemplo la familia y   factores individuales como predisposiciones genéticas, las ex-
       la escuela o el trabajo;  el mesosistema, se refiere a las interac-  periencias previas de maltrato sexual o físico, y las característi-
       ciones existentes entre los contextos del microsistema, como   cas personales de empatía, distorsiones cognitivas, problemas
       por ejemplo entre la familia y la escuela; el exosistema, sería el   emocionales, competencia interpersonal, e intereses sexuales.
       entorno social donde la persona no participa activamente pero   Los problemas emocionales los relacionan con delitos sexuales
       que influye indirectamente en ella; y el macrosistema, estaría   cuando las personas utilizan el sexo como medio para hacer
       formado por la cultura y la subcultura. Se entiende, por tanto   frente a los estados emocionales negativos (por ejemplo, la
       las conductas delictivas como consecuencia de una sociedad   masturbación a sexual fantasías). Los desencadenantes po-
       desorganizada donde el contagio de estas conductas es fácil,   drían ser eventos estresantes, como un conflicto interpersonal.
       como sucede en los núcleos urbanos.
                                                             1.5. FACTORES DE RIESGO/PROTECTORES
       Cabría también mencionar como teorías de marcado cor-
       te social la teoría de la asociación diferencial de Sütherland,   Los factores de riesgo o factores de vulnerabilidad se definen
       la de las Subculturas de Cohen o la teoría de la Anomia de   como variables contrastadas que influencian, de modo objetivo
       Durkheim, entre otras (Peña, 2011). Sin embargo más recien-  y causal en la conducta. Se trata, por tanto, de circunstancias
       temente se han formulado modelos teóricos con un carácter   del sujeto y de la situación que en el caso de las conductas
       más integrador que tienen en cuenta tanto los factores sociales   violentas se relacionan con una mayor probabilidad de llegar
       como biológicos y psicológicos.                       a ejercerla. En contraposición, los factores de protección o
                                                             amortiguadores, son aquéllos que potencialmente reducen la
       Por ejemplo, partiendo de la Teoría ecológica, se ha desarro-  probabilidad de realizar dichas conductas y por tanto pueden
       llado la denominada teoría  o modelo bio-ecológico, donde   modular los efectos de los factores de riesgo y pueden mode-
       se defiende la necesidad de tomar una perspectiva evolutiva   rar la relación entre el riesgo y el comportamiento violento.
       para entender la interacción que se produce entre el individuo   Los modelos socio-ecológicos defienden que la capacidad de
       y su entorno. Por su parte, Farrington (1992; en Peña, 2011)   evitar/facilitar el riesgo en cada individuo depende de  la red
       explica a través de un modelo integrador la conducta delictiva   que se establece entre el individuo, familia, comunidad, y los
       como la consecuencia  de un proceso de interacción entre el   contextos socioambientales donde se desarrolla (Pueyo, 2006;
       individuo y el ambiente, ya que en el individuo surgen deseos   Antolin 2011). Por otra parte, estos factores en ocasiones se
       de obtener algo (ya sea material o prestigio social, o simple-  relacionan con el riesgo de presentar inicialmente las conduc-
       mente búsqueda de sensaciones) y si dado su contexto no po-  tas violentas pero también se han estudiado en relación con la
       see posibilidades de satisfacerlos legalmente optará con más   reincidencia, y pueden tratarse de factores unipolares, es decir
       probabilidad por la vía ilegal, sobre todo si se tiene lo que el   que un nivel elevado explica la aparición de dichas conductas,
       autor denomina “tendencia antisocial”, lo que sería por tanto   o bipolares cuando los extremos del continuo funcionan como
       una predisposición individual. A parte de esta interacción de   factores de riesgo en un polo y de protección en el otro  (van
       factores individuales y sociales, Farrington defiende la impor-  der Put y Asscher, 2015).
       tancia de adoptar una perspectiva evolutiva para comprender
       cómo se produce la conducta antisocial. Desde una perspec-  La investigación última y copiosa sobre la violencia infanto-
       tiva también integradora y teniendo como base un enfoque   juvenil ha proporcionado una serie de conocimientos sólidos
       evolutivo, Thornberry formula una teoría “interaccional”, que   acerca de los factores de riesgo que están implicados, no sólo
       se basa en defender la influencia recíproca de la erosión del   en la explicación de su aparición, sino en el incremento que se
       apego familiar o a la escuela en la delincuencia, señalando que   ha detectado en los últimos veinte años (Pfeiffer, 2004; en Del
       la edad de inicio de las conductas antisociales influirá de forma   Barrio, Carrasco, Rodríguez y Gordillo, 2009).

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