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Articulado




       lescente que había cometido delitos no violentos obtuvo una   ferencias en la subescala de Introversión Social del MMPI,
       puntuación significativamente más alta que el resto de grupos.   siendo el grupo de menores que ejercían violencia sexual el
                                                             que puntuaba significativamente superior respecto a los me-
       Distintos estudios también se han centrado en valorar la pre-  nores que ejercían otras formas de violencia y los menores que
       sencia de psicopatología, principalmente problemas afectivos   habían delinquido sin violencia. Respecto a las puntuaciones
       y de personalidad para explicar la comisión de violencia sexual.   obtenidas en el MACI, el grupo de menores ofensores sexua-
       Por ejemplo, se ha analizado el tratamiento con inhibidores   les obtuvieron puntuaciones mucho más elevadas en Senti-
       selectivos de la recaptación de serotonina como vía para re-  mientos Ansiosos, Incomodidad sexual, Inseguridad grupal e
       ducir el deseo sexual. Sin embargo los estudios aunque con-  Inhibición.
       firman que los adolescentes que ejercen violencia sexual pre-
       sentan más problemas psicopatologicos que menores que no la   En un estudio más actual (Boonmann et al., 2015) analizaron
       ejercen, al compararlo con menores que cometen otras formas   la relación entre el comportamiento sexual agresivo y la psico-
       de violencia tan sólo se encontraron diferencias en cuanto a   patía en los jóvenes, ya que las investigaciones previas habían
       una mayor ansiedad social de los que ejercía violencia sexual,   mostrado resultados contradictorios. Para ello compararon  un
       siendo necesarios más estudios en esta línea (Seto y Lalumiè-  grupo de 71 menores ofensores sexuales, 416 menores con
       re, 2010). En la revisisón elaborada por van Wijk et al. (2006),   conductas delictivas y 331 varones menores de la población
       los resultados sugerían que los jóvenes ofensores sexuales pre-  general, respecto a sus puntuaciones en un autoinforme que
       sentaban más problemas internalizantes que los jovenes ofen-  mide rasgos psicopáticos. No se encontraron diferencias entre
       sores no sexuales. Sin embargo, estas características sobresalen   los menores ofensores sexuales y los delincuentes en general,
       en un subgrupo específico de ofenesores sexuales, y es el de los   lo cual coincidía con anteriores investigaciones. Pero lo llama-
       abusadores de menores. Y también señalaron que en diversos   tivo fue que ambos grupos puntuaban de forma más baja en
       estudios que comparaban menores que sólo cometían violen-  rasgos psicopáticos que el grupo de menores de la población
       cia sexual con  menores que cometían varias formas de violen-  general. Estos resultados podrían explicarse por la deseabili-
       cia, los primeros presentaban menos problemas de compor-  dad social de ambos grupos dado que la evaluación se realizó
       tamiento. Los resultados obtenidos por Spielberger, Valliant   previamente a recibir una condena o medida judicial. Tam-
       y Clark (2009), señalan que el grupo de menores que ejercía   poco se obtuvieron diferencias significativas entre los grupos
       violencia no sexual, mostraba más ansiedad que los grupos de   de menores ofensores sexuales que establecieron (ofensores de
       menores que ejerecían violencia sexual y de menores delin-  niños, ofensores de iguales o adultos en solitario y ofensores de
       cuentes no violentos.                                 iguales o adultos en grupo).

       En lo que respecta a las características de personalidad, re-  Como hemos visto los resultados no son concluentes y ello
       cientemente se ha centrado el foco de atención en estudiar en   se puede deber a la heterogeneidad de esta población, como
       profundidad cuales serían específicas de menores que ejercen   mencionamos anteriormente. Por eso, diversos estudios se han
       violencia sexual o si se pueden establecer distintas tipologías   centrado en intentar establecer subtipos de menores que ejer-
       basándose en dichas características. Estudio iniciales como   cen violencia sexual, para así poder adaptar los programas de
       el desarrollado por Oliver, Hall y Neuhaus (1993) investigó   intervención a  las características de los mismos y necesidades
       las diferencias de personalidad entre adolescentes que habían   de tratamiento específicas.
       cometido violencia sexual, adolescentes que habían  cometi-
       do otras formas de violencia y adolescentes que cometieron   Tradicionalmente, y como se ha hecho con los agresores sexua-
       otro tipo de delitos. Los resultados apuntaban a que el gru-  les adultos, se han establecido una tipología de menores que
       po de ofensores sexuales presentaba menores tendencias de   ejercen violencia sexual, según la edad de las víctimas, es decir
       personalidad patológicas que los adolescentes que ejercían   abusadores (víctimas significativamente menores) o agresores
       otras formas de violencia. Sin embargo, el posterior estudio   sexuales (víctimas de semejante edad o mayores) (Boonmann
       desarrollado por Valliant y Bergeron (1997) con una pequeña   et al., 2015; Forman, 2013; Joyal, Carpentier y Martin, 2016;
       muestra de adolescentes comprobó que los ofensores sexuales   Kemper y Kistner, 2007; Leroux, Pullman, Motayne y Seto,
       eran más aislados socialmente, más agresivos y más resentidos   2016; Parks y Bard, 2006S; Seto y Lalumière, 2010; van der Put
       que los adolescentes que cometían otras formas de violencia.   y Asscher, 2015; van Wijk et al., 2006). Al respecto Marshall
       En la investigación elaborada por Freeman, Dexter-Mazza y   y Marshall (2000) sugieren que el vínculo entre haber sufrido
       Hoffman (2005), se estudió a través del Inventario Multifásico   violencia sexual en la niñez abuso sexual y cometerla posterior-
       de Personalidad Minnesota en su versión para adolescentes   mente es más fuerte en los adolescentes ofensores sexuales que
       (MMPI-A; Butcher et al., 1992), las difrencias entre menores   tienen como víctimas a niños que los que lo cometen contra
       que ejercian violencia sexual y los que comentían otro tipo de   sus compañeros o adultos. Se han identificado diferenecias,
       ofensas. Los resultados revelaron que la puntuación media en   también en cuanto a tendencias antisociales, siendo semejantes
       la escala de  Desviación Psicopática era significativa clínica-  las de los menores que ejercían violencia sexual hacia iguales
       mente en el grupo de menores delincuentes no sexuales pero   o mayores a las que presentaban menores con otras formas de
       no en el de ofensores sexuales, pero solamente en esa escala, y   violencia, y sin embargo estas tendencias eran más bajan en los
       las puntuaciones en el resto de escalas fue alta pero semejante   menores que cometían violencia sexual hacia niños/as más pe-
       en ambos grupos. En el estudio de Valliant y Clark (2009),   queños. Sin embargo, los ofensores sexuales de niños obtenían
       empleando tanto el Inventario Multifásico de Personalidad   puntuaciones más bajas en habilidades sociales con iguales que
       de Minnesota (MMPI), como el Inventario clinico para ado-  los ofensores sexuales de iguales o adultos (Forman, 2013; Seto
       lescentes Millon (MACI; Millon, 1993), se identificaron di-  y Lalumière, 2010). Otros estudios, como el de Boonmann et
                                                                                          Infancia, Juventud y Ley 29
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