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Investigación empírica
La importancia de la mirada
en el desarrollo de la psicopatía
Dra. Lucía HaLty
Profesora de Psicología. Universidad Ponticia de Comillas de Madrid
un grupo de jóvenes antisociales con características asociadas
1. psicopatía infanto-juveniL
a la psicopatía adulta (Essau, Sasagawa y Frick, 2006). Los
niños que tienen problemas de conducta y además presentan
La violencia y el comportamiento antisocial son características el rasgo de CU tienen patrones de comportamiento antisocial
consistentes y centrales en la historia de la humanidad. Acerca- más severos y estables en el tiempo (López-Romero, Romero
mientos a entender sus causas, manifestaciones y formas de evi- y Luego, 2011). Además, comparados con los niños que pre-
tarlas es el objeto de muchas disciplinas, entre ellas la psicología. sentan sólo problemas de conducta, los niños con el rasgo de
CU minimizan las consecuencias que su agresión provoca en
La investigación científica realizada hasta ahora, es capaz de sus víctimas, no son intimidados por la posibilidad de recibir
ofrecer explicaciones sobre las causas y tratamientos de ciertos un castigo por su mal comportamiento, muestran una menor
problemas de comportamiento. En muchas ocasiones los pro- empatía hacia la emoción de tristeza y tienen mayor probabi-
blemas de conducta tienen un inicio temprano, donde el niño lidad de iniciar un consumo de sustancias a edades tempranas
presenta un comportamiento repetitivamente oposicionista, (Pardini y Byrd, 2012). Resultados similares a los encontrados
impulsividad y agresión a otros niños, con un ambiente tipifica- en niños, han mostrado que las niñas que presentan el rasgo
do como violento e inestable. Cuando ese niño se desarrolla se de CU junto con problemas de conducta tienen comporta-
tienden a producir una serie de hitos como el fracaso escolar, uso mientos antisociales más severos y persistentes que las niñas
de drogas, contactos con la justicia o sistemas de salud mental que presentan sólo trastornos de conducta (Pardini, Stepp,
(Loeber y Farrington, 2000). Gracias a décadas de investiga- Hipwell, Stouthamer-Loeber y Loeber, 2012).
ción, se sabe mucho acerca de cómo identificar este conjunto de
problemas, cuándo y cómo intervenir y cuándo no. Modelo de j. Blair en el desarrollo de la psicopatía infanto-
juvenil
La investigación sobre el comportamiento agresivo y antisocial
de los jóvenes, ha señalado consistentemente una gran hetero- Como hemos señalado a lo largo de estas páginas parece que la
geneidad dentro de este grupo de jóvenes antisociales en tér- psicopatía tiene su origen en etapas tempranas del desarrollo.
minos de características de comportamiento, de su curso y de- Hemos enfatizado la importancia de saber detectar aquellas
sarrollo y de las causas de esos problemas de conducta (White características temperamentales que resultan precursoras de
y Frick, 2010). Es decir, en jóvenes con el mismo resultado conductas antisociales en la infancia y en la edad adulta. Dado
de comportamiento (problemas de conducta, delincuencia) se que estas características psicopáticas aparecen temprano en el
encuentran diferentes caminos que explican el desarrollo de desarrollo de un individuo necesitamos encontrar un marco
esa conducta disruptiva; por lo tanto, resulta crucial poder cla- teórico que pueda explicar la evolución de dicho trastorno.
sificar adecuadamente a este grupo de jóvenes para entender
mejor los mecanismos que operan detrás de ese heterogéneo Uno de los modelos que es capaz de explicar el desarrollo de
grupo de problemas de conducta. este trastorno desde la infancia es el modelo de Mecanismos de
Inhibición de la Violencia (VIM), propuesto por Blair en 1995.
Uno de los criterios de clasificación que se pueden utilizar en
este grupo de sujetos es la presencia o no del rasgo de insen- Este modelo surge de posiciones etologistas que proponen que
sibilidad afectiva (CU), entendido como una falta de empatía, en especies de animales sociales existen una serie de mecanis-
una falta de culpa, de remordimientos y de insensibilidad hacia mos para el control de la agresión. Estos mecanismos se ponen
las emociones de los demás. Se ha mostrado que, en muestras en marcha cuando en la víctima animal se producen una serie
de niños, tanto clínicas como comunitarias, la presencia del de señales que indican que se rinde y que el animal vencedor
rasgo de CU emerge constantemente como distintivo fren- capta cesando así su conducta agresiva. Blair (1995) supone
te a otros aspectos de la psicopatía como la impulsividad y que en los humanos existen mecanismos análogos que inhiben
el narcisismo (Frick, Bodin y Barry, 2000). La impulsividad la violencia (VIM), que no sólo se ponen en marcha cuando
no diferencia ni distingue subgrupos dentro de los niños con la víctima muestra conductas de rendición, sino que también
problemas de conducta severos y de inicio temprano, o ado- se activan ante señales de distrés (ejemplo, expresiones faciales
lescentes con problemas de conducta graves y delincuencia, de tristeza o el llanto) que inician una respuesta de retirada y
mientras que elevados niveles del rasgo de CU caracterizan a cese del ataque. Para Blair este mecanismo de inhibición de la
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