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❖ Evitar la asimetría en el tratamiento


           La desigual designación en que se nombra a hombres y mujeres es una constante que
           procede del tradicional papel de subordinación de estas.


           La utilización de formas de tratamiento igualitario contribuye de forma directa a la
           sensibilización  y  promoción  de  la  igualdad  y  el  lenguaje  incluyente,  tanto  en  las
           comunicaciones  dirigidas  al  personal  como  hacia  el  exterior  en  las  relaciones  de  la
           empresa con su clientela, empresas proveedoras u otras entidades del sector.


           Estas son algunas de las situaciones más frecuentes:


                  •  Si  se  refiere  a  personas  identificables:  Si  se  refiere  a  una  persona
                     concreta o determinada, se utilizará la forma masculina o femenina, según
                     el caso. Ocurre con frecuencia que, cuando se trata de un hombre, se emplea
                     solo el apellido mientras que, cuando se trata de una mujer, se suele usar o
                     bien el nombre de pila precedido de alguna forma de tratamiento (señora o
                     señorita) o bien el nombre y apellido. En estas situaciones lo más aconsejable

                     es:

                         √ Trato simétrico a ambos sexos, utilizando D/Dª Dª/D., atendiendo al
                             grado de formalidad del texto.


                         √ No  utilizar  el  tratamiento  de  señorita,  ya  que  con  él  se  alude,
                             implícitamente, a la edad y, sobre todo, al estado civil de las mujeres,
                             sin  que  exista  paralelismo  ni  en  el  uso  ni  el  significado  con  el
                             tratamiento de señorito.


                  •  Si se refiere a personas no identificables: Si se refiere a un grupo que
                     incluye personas con géneros distintos, personas de las que no conocemos el

                     género  o  no  nos  referimos  a  una  persona  concreta,  se  usarán  sustantivos
                     genéricos. En el lenguaje administrativo es habitual encontrar documentos o
                     formularios  redactados  en  masculino,  en  la  idea  de  ser  abiertos  y  que
                     puedan referirse a mujeres y hombres. Estos casos se pueden evitar:

                         √ Estableciendo epígrafes como “nombre y apellidos” o “firmado”


                         √ Incluyendo la doble forma “D. / Dña.” y viceversa, “Dña. /D.”












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