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Investigación empírica
presentes en el entorno familiar han sido factores amplia- Existe también la posibilidad de que el menor haya sido re-
mente estudiados. Los resultados encontrados en diversas chazado o marginado en la infancia por sus compañeros. En
investigaciones muestran que un elevado nivel de conflicto este sentido, se ha contemplado el rechazo por parte del grupo
intra-familiar y un déficit en la supervisión y en el apoyo por de iguales convencional como el paso previo a la vinculación
parte de los cuidadores se asocian de forma significativa con con iguales desviados, influyendo a su vez en la aparición de la
el incremento de las conductas antisociales y delictivas de los conducta antisocial (Vitaro, Pedersen y Brendgen, 2007).
adolescentes (Hoeve et al., 2009; Krishnakumar y Buehler,
2000). 3.5. comunidad
Otros factores familiares como la historia delictiva de los pa- El entorno en el que crecen y se socializan los menores parece
dres o la separación temprana de los cuidadores se han pre- tener cierta influencia sobre las actitudes y conductas que és-
sentado como factores de riesgo del desarrollo de problemas tos llevarán a cabo en un futuro. De este modo, residir en un
de conducta en los hijos, encontrándose asociaciones positivas barrio pobre, con fácil acceso a las drogas, donde la violencia y
significativas entre el encarcelamiento parental y la conducta la delincuencia están presentes prácticamente a diario, puede
antisocial de los jóvenes (Murray, Farrington y Sekol, 2012), y afectar al desarrollo de conductas anti-normativas en los jó-
la separación temprana y la aparición de conductas antisocia- venes. La variable contextual clásicamente más analizada en
les en los jóvenes (Bowlby, 1988), especialmente si éstos ha- relación con la marginalidad social ha sido el estatus socio-
bían sido internados en centros de menores antes de los doce económico o la clase social. En general se ha encontrado que
años (Haas, Farrington, Killias y Sattar, 2004). aquellos jóvenes que conviven en barrios caracterizados por
un bajo nivel socio-económico, en los que la concentración de
3.3. escuela recursos es limitada, tendrán una tendencia mayor a desarro-
llar conductas agresivas y violentas en la adolescencia (Pardini,
El bajo rendimiento escolar ha sido frecuentemente relacio- Loeber, Farrington y Stotuthamer-Loeber, 2012). Además, se
nado con el desarrollo de conductas antisociales en la ado- ha observado que los jóvenes delincuentes que regresan a ba-
lescencia (Lipsey y Derzon, 1998). Diversos estudios han rrios desfavorecidos o marginales tenderán a reincidir en ma-
evidenciado una relación significativa negativa entre el ren- yor medida (Kubrin y Stewart, 2006).
dimiento académico y la aparición de conductas agresivas y
violentas en los jóvenes (Hawkins et al., 1998). Asimismo, el 3.6. Factores individuales
bajo rendimiento escolar y logro académico se han asociado
con la presencia de conductas antisociales no violentas, como Los factores individuales hacen referencia a todas aquellas
el consumo de sustancias ilegales (Latvala et al., 2014). características temperamentales, cognitivas y de personalidad
que definen a un sujeto. Se engloban variables como la im-
No obstante, otro aspecto fuertemente relacionado con el de- pulsividad, la empatía, las actitudes hacia la violencia, la hos-
sarrollo de problemas de conducta es la falta de vinculación tilidad, el narcisismo, los problemas de concentración e hipe-
con la institución escolar. Este factor se refiere al grado de ab- ractividad o el consumo de sustancias. Este grupo de factores
sentismo escolar, así como la falta de interés y motivación por pertenecen a la categoría de factores dinámicos, es decir, son
los estudios. Los hallazgos contemplados en diversos estudios susceptibles de variaciones significativas a lo largo del tiempo.
evidencian una asociación significativa entre el déficit en la
implicación con el sistema educativo y el aumento de conduc- La impulsividad es un concepto estrechamente vinculado a la
tas antisociales y delictivas en la adolescencia (Henry, Knight búsqueda de sensaciones y la asunción de riesgos que se ha
y Thornberry, 2012). asociado significativamente con la manifestación de conduc-
tas antisociales y delictivas en la adolescencia (Bihlar, Jokinen,
3.4. grupo de iguales Bölte y Hirvikoski, 2013). Por su parte, la empatía, definida
como la habilidad para entender y compartir el estado emo-
La influencia que el grupo de iguales desviados ejerce sobre la cional de los otros (Cohen y Strayer, 1996), se ha relacionado
conducta de los jóvenes es uno de los factores de riesgo más de forma negativa con el desarrollo de conductas desviadas,
fuertemente relacionado con la conducta antisocial juvenil por lo que un bajo nivel de empatía se asocia significativamen-
(Lipsey y Derzon, 1998). Parece existir una mayor probabili- te con un mayor nivel de conductas antisociales y delictivas en
dad de que los adolescentes que llevan a cabo conductas vio- la adolescencia (Jolliffe y Farrington, 2004). La falta empatía
lentas y delictivas formen parte de un grupo de iguales también es, además, uno de los rasgos definitorios del factor afectivo de
desviado (Henry, Tolan y Gorman-Smith, 2001). Además, el la psicopatía caracterizado por la dureza emocional (Frick y
hecho de implicarse con amigos antisociales favorece la apari- Hare, 2001; Frick y White, 2008).
ción no solo de conductas agresivas y violentas, sino también
de conductas antisociales más encubiertas. Se ha hipotetizado Por otra parte, el narcisismo, como un alto sentido de gran-
que esta relación podría estar influida por la intensidad y la diosidad y una falta de consideración hacia las necesidades y
estabilidad de la asociación con los iguales (Laursen, Hafen, reacciones de los demás, se ha asociado fuertemente con di-
Kerr y Stattin, 2012). Sin embargo, algunos estudios han pos- ferentes problemas de conducta en la infancia y adolescencia,
tulado que no sería tanto el tiempo que los jóvenes pasan con incluyendo agresión proactiva y reactiva, conductas violentas y
estos iguales, sino la proporción de amigos desviados dentro delincuencia (Barry y Ansel, 2011). Del mismo modo, la pre-
del grupo, la que favorecería la aparición de conductas antiso- sencia de actitudes favorables a la agresión aumenta la ten-
ciales (Haynie, 2002). dencia a percibir conductas hostiles y amenazantes en otras
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