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Investigación empírica
Las limitaciones del presente trabajo son principalmente dos.
discusión
En primer lugar no hacer una distinción clara entre religio-
sidad extrínseca e intrínseca. Ello se plantea como algo ne-
Los resultados del presente trabajo permiten extraer dife- cesario a enfocar en posteriores trabajos, en tanto solucionar
rentes conclusiones. Por una parte, cuando se comparan los posibles transformaciones ocultas tanto a nivel comportamen-
niveles de religiosidad, se ha podido evidenciar que los poco tal como holístico de las relaciones interpersonales de pareja,
o nada religiosos son quienes más refieren sufrir diferentes en nuestro caso en relaciones interpersonales afectivas de no-
tipos comportamentales de maltrato, en tanto que las creen- viazgo. En segundo lugar, se puede señalar, siguiendo a All-
cias religiosas inhiben la probabilidad de sufrir maltrato, port (1954/1962, p. 478), el papel de la religión con relación a
especialmente desapego, abuso sexual y castigo emocional. los prejuicios en general, y, pensamos nosotros, con relación a
Por otro lado, el conocimiento (nivel holístico) de casos las relaciones de género, en particular, es paradójico. Cuando
de abuso de pareja dentro de sus círculos amistosos actúa existen ideas religiosas fundamentalistas, o personas religiosa-
también como factor de alta probabilidad de sufrir maltrato mente rígidas, la tolerancia se reduce, y aumenta los prejuicios
comportamental en su propia relación interpersonal afecti- acerca de las relaciones de conviviente por sexo. En esta línea,
va de pareja; de ahí que aquellos que refieren conocer casos Meetoo & Mirza (2007) señalan que los contextos culturales
positivos (nivel holístico), son quienes más admiten experi- que defienden culturas con ideologías, en ocasiones ayudadas
mentar diferentes formas de maltrato (comportamental). Por por la ideología religiosa, puede, de alguna forma, hallar algu-
último, la creencia de que es posible que exista el maltrato en na justificación para la violencia.
parejas no casadas ni en situación de convivencia influyen en
una mayor probabilidad de sufrir algunos tipos de violencia
en sus relaciones, especialmente las que hacen referencia al
tipo psicológico. De igual forma, una mayor proporción de
los que sufren maltrato de este tipo se da en aquellos que
alegan sobre la existencia de maltrato en las relaciones de
novios, lo que supone un paso importante a tener en cuenta
por las víctimas, que reconocen experimentar situaciones de
abuso en su propia relación, lo que se presupone, aumenta-
ría la probabilidad de que pusieran los medios a su alcance
para prevenir estos comportamientos en el futuro (Connolly,
Friedlander, Pepler, Craig, & Laporte, 2010; Novo, Fariña,
Seijo, & Arce, 2012).
Le relevancia de estos resultados, para la violencia de género,
evidencian que las creencias religiosas actúan, en gran medida,
como recurso protector contra la violencia de género. Ello da
cuenta de la importancia de la religión en la vida de algunas
personas, que les puede llegar incluso a impedir el reconocer
como maltrato ciertas situaciones, comportamientos que por
sus creencias consideran algo normal. A su vez, estos resulta-
dos se hallan dentro de lo esperado por la teoría de la vivencia
de las creencias religiosas dentro de los límites de la razón, que
presenta el objetivo de los programas de prevención, desde la
perspectiva de las creencias religiosas, centrado en forjar per-
sonalidades tolerantes en la convivencia de pareja, dentro de
“una actitud positiva frente al mundo” (Allport, 1954/1962,
p. 463). Ello implica favorecer la capacidad empática de las
personas, la tolerancia a la ambigüedad, y valores personales
de respeto a los demás.
Como bien argumenta Allport (1954/1962, p. 478), el pa-
pel de la religión con relación a los prejuicios en general, y,
pensamos nosotros, con relación a las relaciones de género,
en particular, es paradójico. Por un lado, puede crearlos y,
por otro, desbaratarlos. Para los objetivos del presente tra-
bajo, lo relevante es desbaratar o prevenir las cogniciones,
actitudes y conductas de riesgo para la violencia de géne-
ro. Es por ello que, desde la perspectiva de las religiones y
espiritualidades actuales, la prevención de la violencia de
género tiene que hacer énfasis en favorecer una religiosidad
intrínseca, que posibilite la tolerancia, el respeto a los de-
más y a la diferencia.
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