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Dossier
Así, estos “reaccionarios” de turno, médicos, psicólogos, psi- abusadores y la conjugó con la debilidad de las víctimas y sus
quiatras y abogados, comenzaron a pensar estrategias supe- madres. Elaboró a partir de allí con intención claramente des-
radoras de las ya inocuas desmentidas genéricas mediante las tructiva, una brutal falsedad con la que no obstante la carencia
que se acusaban a los niños de mentir. de sustento científico, logró seducir a los imbéciles, ignorantes
y malintencionados de turno.
Descubrieron que no era buena idea culpar a las víctimas
infantiles de falsear deliberadamente la realidad y entonces Una cantidad importante de jueces y fiscales en distintas
dirigieron toda su energía hacia las madres de esas víctimas, partes del planeta, se aferran a la lectura lineal de las huecas
así como también hacia todo aquel que pretendiera avalar la afirmaciones de Gardner y basan en ellas numerosas medidas,
existencia de los abusos (demás parientes, docentes, vecinos, tanto de revinculación como de tenencia de los niños y final-
trabajadores sociales, psicólogos, médicos, etc.) mente de ignominiosas sentencias de rechazo de denuncias.
Incluso, además de la impunidad resultante, en muchos casos
Sin embargo, la perseverancia de los especialistas y operadores las propias denunciantes terminan siendo acusadas civil y pe-
que respetan a los niños, logró durante un tiempo, neutralizar nalmente. En Argentina por ejemplo, se las suele acusar por
esos ataques recurriendo a diferentes fundamentaciones cien- “impedimento de contacto” –de los niños con sus padres-, que
tíficas que invalidaron la ya estereotipada costumbre de culpar es un delito penal.
a las madres.
Es ilustrativo recordar alguno de los argumentos con los que
Aparece entonces, la más siniestra elaboración intelectual para el creador del SAP descalificaba y denigraba a las mujeres que
contrarrestar los avances, en la cual se desplaza enteramente la vanamente intentaban proteger a sus niños de las garras de los
responsabilidad de que “el niño miente”, hacia la madre, que abusadores y cómplices.
pasa a ser única y exclusiva creadora de la nueva y horrible si-
tuación en la que resulta injustamente acusado un buen padre Según apuntan las autoras citadas, escribió Gardner en uno de
de familia y vecino. los informes del caso Grieco: “Las madres del “SAP” tienen un
modo para encontrar terapeutas, casi siempre mujeres, que se aso-
cian a ellas en su campaña de denigración del padre…[las cuales]
en algunos casos hasta se asocian al sistema ilusorio paranoide de la
síndrome de alineación Parental (saP)
madre”. “Cuando los niños alegan el maltrato en una batalla por
la custodia, es por lo general porque sufren ellos efectos del “SAP”,
Richard Gardner, médico estadounidense, es quien, con un sis- un trastorno mental que sobre todo afecta a madres rencorosas que
tema de razonamiento intencionalmente perverso, aportó los han lavado el cerebro a sus niños para la fabricación de acusaciones
elementos teóricos más importantes para desnaturalizar una contra los padres” (sic)21 .
parte considerable de los avances logrados en la materia por los
buenos profesionales e investigadores en las últimas décadas. De este modo, la antigua y eficiente pero hoy devaluada frase
“los niños mienten”, fue reemplazada por conceptos como el
En 1996, Gardner, convocado en un caso (conocido como caso de niños con cerebros “lavados” por madres “paranoides” y ayu-
Grieco) que luego resultó paradigmático en muchos sentidos, dadas por terapeutas “mujeres” que se dedican a acusar injus-
afirmó que “el 90% de las acusaciones de maltrato contra niños en tamente a inocentes padres y esposos. Se ha llegado incluso a
los litigios por la custodia, son falsos, en especial si se alega abuso acusar a todos ellos juntos de padecer una especie de “histeria
físico, emocional o sexual”. colectiva” a la que atribuyen el origen de las sospechas sobre
los pobres acusados…
Como señalan las Dras. Sonia Vaccaro y Consuelo Barea, psi-
cóloga clínica y médica psicoterapeuta respectivamente, es la
base desde entonces, de la mayor parte de los planteos y reso-
Cómo enfrentar la barbarie
luciones que desestiman denuncias y dejan impunes innume-
rables abusos infantiles.
Enfrentar a los perversos y sus argumentos, nunca ha sido cosa
En el libro “El pretendido síndrome de alienación Paren- fácil. Por numerosas razones que excederían el marco de es-
20
tal” , las autoras, efectúan un aporte invalorable a la temática tas líneas, ellos contaron muchas veces con la ayuda de otros
y sobre todo a la lucha por desarticular este engendro intelec- perversos enquistados en posiciones de poder y en la mayoría
tual que a diario sigue dañando hijos y madres en casi todos de los casos con apariencia de buenos funcionarios, buenos
los rincones de la tierra. padres, buenos profesionales o buenos vecinos…
Es imprescindible a esta altura del análisis, resaltar que Gard- Analizar, comprender y tener en cuenta las razones de esa vi-
ner interpretó la esencia de los manejos psicopáticos de los gencia, es una parte decisiva del desafío de desmontar meca-
nismos de impunidad como el SAP. Pero hacerlo, es toparse
con una serie de inconvenientes que, sumados a las agresiones
20 sonIa Vaccaro, consueLo Barea, “El pretendido
Síndrome de Alienación Parental” . edit. desclée de Brower, s.a. 2009,
Bilbao, españa.
21 sonIa Vaccaro, consueLo Barea, obra citada.
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