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Investigación empírica




          Se ha analizado también la relación entre exposición tempra-  die (1999) estima el tiempo de lectura diaria en 45 minutos,
          na a la televisión y estilo de interacción parental (Barr, Zack,   muy superior a la del estudio anterior. Parece que la clave está
          García y Muentener, 2008). O si el mayor o menor tiempo   en si los programas televisivos son de tipo educativo o no, de
          de visionado televisivo afecta al tiempo de juego de los niños   forma que los primeros suelen promover más la lectura (Ball
          (Masur y Flynn, 2009). O determinar la relación entre consu-  y Bogatz, 1973; Huston y Wright, 1998). Pero al margen de
          mo y las relaciones sociales y afectivas de los niños (Sevillano   esta relación, parece comprobarse que a mayor visionado de
          y Perlado, 2005).                                     televisión, menor rendimiento académico (Beentjies y Van der
                                                                Voort, 1995). Quizá la clave explicativa es que la rapidez del
          Un  trabajo  diferente  ha  sido  el  de Thompson  y  Christakis   cambio de las escenas implica la existencia de poco tiempo
          (2007), que relaciona el estrés materno como el grado de vi-  para procesar la información recibida, por lo que los niños que
          sionado de la televisión de niños de 3 años. Los resultados   ven más televisión desarrollan una menor capacidad de con-
          indicaron que los niños con madres que no presentaban estrés   centración lectora (Greenfield). El trabajo de Ytzkoff (1993;
          ven considerablemente menos televisión al día.        en Del Río, Alvarez y Del Río, 2004) afirma que los niños que
                                                                ven mucha televisión inician un camino hacia la reducción de
          Y si bien excede a nuestro interés, el sobrepeso ha sido otro de   la lectura, y no sólo leen menos, sino que lo poco que leen lo
          los aspectos relacionados con el visionado (Hawkins y Law,   comprenden peor.
          2006).
                                                                Tras esta revisión de la literatura se puede observar cómo exis-
          No queremos referirnos en esta revisión teórica únicamente   te una laguna en la investigación, que se ha pretendido abordar
          a los aspectos negativos asociados al excesivo consumo tele-  en este trabajo. Se trata de hasta qué punto el mayor o menor
          visivo.  Algunas  investigaciones  han  demostrado  justamente   visionado de televisión puede influir en cómo son las relacio-
          lo contrario, cómo el excesivo consumo de televisión se aso-  nes sociales entre los niños de educación primaria. Se trata de
          cia con elementos positivos. Así, por ejemplo, el estudio de   una cuestión sencilla y básica, que puede ofrecer datos para ex-
          Carrero (2008), así como el de Christakis (2009), enfatizan   plicar y justificar una cuestión posterior, la agresión y violencia
          cómo los espacios de noticias creados especialmente para po-  dentro del contexto escolar. Dado que existe un instrumento
          blaciones infantiles son muy beneficiosos para la adquisición   capaz de detectar cómo son las relaciones sociales dentro de
          de conocimientos sobre el funcionamiento de la sociedad en   un pequeño grupo (por ejemplo un aula escolar) se pensó que
          los menores.                                          efectivamente el número de horas de visionado televisivo im-
                                                                plicaría la posesión de un perfil de relaciones sociales diferen-
          Desde el punto de vista de los contenidos, parece que el con-  te. Y dado que la televisión crea una cultura, es un elemento
          sumo televisivo de noticias correlaciona positivamente con el   que socializa a los menores (y a los adultos), se estima que
          rendimiento  educativo  (Del  Río,  Alvarez  y  Del  Río,  2004).   los sujetos que visionaran muy pocas horas de televisión por
          Sin embargo, el consumo de dibujos animados y de deportes   término medio al día, así como los que visionaran un tiempo
          implica el efecto contrario (Wright y Huston, 1995). Estos   excesivo, poseerían perfiles de interacción que expresara un re-
          últimos autores sugieren que parece producirse un desplaza-  chazo hacia ellos por parte de los demás miembros del grupo
          miento selectivo: en los caso de los niños que por su entorno   (serían sujetos desviados, en cuanto que no compartirían ni
          familiar, escolar y de relaciones sociales poseen un buen pro-  vivencias ni un lenguaje común). Por otra parte, se encontrará
          grama de desarrollo, la adicción al consumo televisivo se pierde,   una mayor integración en el grupo, en este caso en el aula, en
          “desplazado” por la televisión. Pero si los menores poseen un   aquellos sujetos que visionen la televisión una media de ho-
          entorno pobre de desarrollo, el impacto del consumo televisivo   ras concordante con lo habitual. Así, este estudio es novedoso
          no es negativo, e incluso es ligeramente positivo. Concluyen   porque al contrario de casi todos los trabajos ya citados, da
          Huston y Wright (1998) que los programas educativos bien   por hecho que la televisión es parte de nuestras vidas, y por lo
          diseñados pueden enseñar y contribuir a una gran cantidad de   tanto una baja tasa de visionado supondrá una marginación
          habilidades académicas, transmitir conocimientos, promover   grupal; y espera, como los estudios comentados, que una alta
          actitudes, creencias y comportamientos sociales positivos, fo-  tasa de visionado implicará también una marginación grupal
          mentar el interés por la lectura, etc. Un buen ejemplo de ello   mayor.
          es el famoso programa “Barrio Sésamo”; el trabajo de Ander-
          son, Huston, Schmitt, Linebarger y Wright (2001) confirma
                                                                                      método
          una relación positiva entre la exposición a dicho programa y
          las puntuaciones en lengua, ciencia y matemáticas obtenidas
          posteriormente en educación secundaria y en la universidad,   Participantes: se contactaron 45 sujetos, estudiantes de dos au-
          obteniéndose una correlación negativa en el caso de aquellos   las de 5º de Primaria, y por lo tanto de edades comprendidas
          niños que no vieron programas educativos.             entre los 11 y 12 años. En total la muestra se compuso de 20
                                                                niñas y 25 niños. Se utilizó un solo centro educativo, público,
          Otra de las variables que se han estudiado en relación al consu-  de una zona rural. La muestra fue no probabilística, de tipo
          mo de televisión es la lectura. Un estudio longitudinal realiza-  incidental.
          do con 25.000 estudiantes de octavo curso de Estados Unidos
          (U.S. Department of Education, 1990) mostró que los niños   Variables: Se consideró como variable independiente el núme-
          visionaban televisión 21,2 horas a la semana, y dedicaban 1,8   ro de horas de visionado televisivo por término medio, medido
          a la lectura (incluyendo el trabajo con textos escolares). Más   mediante informe subjetivo de los padres de los participantes
          recientemente, el trabajo de Roberts, Foehr, Rideout y Bro-  (no de ellos mismos, para evitar una percepción errónea de

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