Page 15 - boletin_igualdad_empresa-59
P. 15

El 34% de nosotras estamos en el umbral de la pobreza, lo que no es casual si no
              que se debe a las siguientes cuestiones: no tenemos derecho al paro, estamos en
              un Sistema Especial donde no cotizamos por nuestro salario real sino por tramos
              de  cotización;  no  tenemos  una  ley  de  prevención  de  riesgos  laborales;  no
              contamos con una inspección de Trabajo o de Seguridad Social; no contamos con

              protección frente al acoso, abuso y violencia en el trabajo; no hay un respeto de
              nuestras  condiciones  de  trabajo  (horarios,  salario,  descanso).  Todas  estas
              condiciones que nos afectan se ven aún más agravadas en aquellas compañeras
              que  trabajan  en  el  régimen  de  interna  quienes  sufren,  en  muchos  casos,
              descuentos abusivos en el salario por la manutención y alojamiento. Además, no
              podemos dejar de mencionar que muchas de estas situaciones que nos afectan
              se  deben  a  una  Ley  de  Extranjería  que  nos  mantiene  en  una  situación  de

              irregularidad de al menos 3 años. Durante este tiempo tenemos que sobrevivir,
              cuidar de los nuestros, pagar alquileres, los materiales para el colegio de nuestros
              niños y niñas, necesitamos comer, pagar la luz, transporte, sostener a familiares
              en nuestros países de origen… por eso muchas no tienen otra opción que seguir
              en trabajos sin derecho alguno. Somos más de un 40% las que trabajamos en la
              economía sumergida, sin contrato laboral o sin documentación en regla.

              Esta  situación  la  tenemos  desde  siempre,  no  sólo  ahora  en  el  contexto  de
              pandemia. Lo que sí estamos viviendo es una situación extrema donde muchas de
              nuestras compañeras están trabajando sin una protección adecuada, obligadas a

              no salir de las casas en las que trabajan por el miedo de los jefes al contagio, otras
              a  las  que  les  han  reducido  las  jornadas  laborales  o  despedido.  Nosotras  no
              tenemos ERTES, ni paro y tampoco hemos sido tomadas en cuenta en ninguna
              de las medidas sociales del Gobierno, una vez más hemos quedado fuera.

              “Tenemos  que  luchar  por  nuestros  derechos,  yo  no  tengo  contrato,  no  me  lo
              quieren  hacer  tampoco.  Cobramos  una  miseria  y  se  aprovechan  de  nuestra
              situación  económica,  cada  día  nos  exigen  más  sin  ver  una  subida  en  nuestro
              sueldo y ahora con la alerta sanitaria ni cobramos el paro, ni podemos trabajar,

              somos invisibles en la sociedad”, “Parecemos invisibles, olvidadas, desprotegidas,
              hasta cuándo nos tendrán así, somos seres humanos con derechos”. Estos son
              solo algunos mensajes de desesperación e indignación que nos han hecho llegar
              muchas empleadas de hogar de distintos puntos de España. Con esta situación
              cada vez más compleja hemos intentado presionar mediáticamente y realizar una
              incidencia  política  y  social  para  que  nos  tengan  en  cuenta,  incluidas  nuestras

              compañeras que trabajan sin contrato y tantas otras que lo hacen sin tener sus
              papeles regularizados pero que, aun así, siguen sosteniendo la vida: cuidando de
              vuestros mayores, de vuestros hijos e hijas (mientras tenemos a los nuestros solos
              en casa), de las personas a las que más queréis. Por eso ante esta crisis como

                                                                                                    pág. 15
   10   11   12   13   14   15   16   17   18   19   20