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Investigación empírica
la personalidad psicopática, y la dureza emocional, en infancia
discusión
y adolescencia. Así, el segundo estudio permitió corroborar el
papel que desempeña la dureza emocional a la hora de predecir
la inclusión de los jóvenes participantes en un grupo antiso- La línea de investigación desarrollada en el marco del Estu-
cial con comportamientos más severos, versátiles y persistentes. dio UDIPRE ha contribuido a mejorar nuestro conocimiento
Este resultado que se mantuvo incluso tras controlar el efecto acerca dos temas de gran relevancia en nuestros días: el análisis
de variables relevantes en la predicción de la conducta antisocial longitudinal de los problemas de conducta, con especial interés
como son la impulsividad, la hostilidad o la búsqueda de sen- en los distintos patrones de desarrollo, y el estudio del perfil
saciones (López-Romero, Gómez-Fraguela y Romero, 2015). psicopático de personalidad en la infancia y la adolescencia. A
partir del análisis de los tres objetivos planteados se han podi-
Por otra parte, a partir de los datos a seis años del estudio UDI- do extraer una serie de conclusiones que permiten avanzar en
PRE, se examinó el papel de las prácticas parentales analizadas a el conocimiento científico de dichos fenómenos, favoreciendo
edades tempranas, sobre la dureza emocional adolescente. En línea el desarrollo de modelos teóricos integradores. Como cons-
con trabajos previos (e.g., López-Romero, Romero y Villar, 2012), tructos evolutivos, tanto los problemas de conducta como la
se observó que las prácticas parentales de Aceptación/implicación, personalidad psicopática deben ser abordados desde una pers-
basadas en el afecto, el cariño, el refuerzo positivo o el diálogo se re- pectiva longitudinal, en base a los principios de la psicopato-
lacionaban de forma negativa con la dureza emocional en la adoles- logía del desarrollo, con el fin de determinar las trayectorias
cencia (Waller et al., 2012), reforzando así el papel de las variables evolutivas desde la infancia hasta la adolescencia, así como los
familiares como posible mecanismo de cambio en la personalidad factores, mecanismos y procesos etiológicos que puedan estar
psicopática. Esta relación entre prácticas parentales y rasgos psico- implicados no sólo en su desarrollo temprano sino también
páticos fue posteriormente analizada empleando una medida de en su evolución futura. Siguiendo estos principios (Rutter y
personalidad psicopática general (modified Child Psychopathy scale; Sroufe, 2000) (a) tanto los problemas de conducta como la
Lynam y Gudonis, 2005), observando básicamente los mismos personalidad psicopática pueden variar su manifestación a lo
resultados: bajos niveles de afecto, atención positiva e implicación largo del desarrollo (i.e., continuidad heterotípica), (b) ambos
en la infancia predecían mayores niveles de rasgos psicopáticos seis pueden llegar a manifestarse a través de distintos patrones
años después, incluso controlando el nivel previo de problemas de evolutivos ligados con diversos mecanismos etiológicos (i.e.,
conducta. Este resultado se observó tanto para los rasgos afectivo/ equifinalidad) y (c) pueden dar lugar a múltiples condiciones
interpersonales (Factor 1; ß = -.24**; R² = .26), como para los de y problemáticas asociadas en etapas posteriores, más allá de la
tipo conductual (Factor 2; ß = -.28**; R² = .44) y la puntuación conducta antisocial o la psicopatía adulta (i.e., multifinalidad).
global (ß = -.26**; R² = .41). Además, se profundizó en dicha rela-
ción atendiendo a los posibles efectos recíprocos entre ambos. Tal y Desde esta perspectiva, se han identificado distintas trayectorias
como se puede observar en la Figura 4, mientras que bajos niveles de los problemas de conducta, que van más allá de la distin-
de prácticas parentales positivas en la infancia parecen influir en el ción entre inicio temprano e inicio adolescente e incorporando, por
desarrollo de la personalidad psicopática, la presencia de altos nive- ejemplo, el patrón limitado a la infancia (Moffitt, 1993; López-
les de rasgos psicopáticos de tipo conductual (Factor 2; e.g., impul- Romero, Romero y Andershed, 2015; Odgers et al., 2008). De
sividad, búsqueda de sensaciones, ausencia de responsabilidad) en este modo, se ha constatado la heterogeneidad evolutiva del
la infancia predice un mayor uso de prácticas coercitivas por parte patrón de inicio temprano, caracterizados por una importante
de los padres en la adolescencia. variabilidad en la cual los rasgos psicopáticos pueden jugar un
papel fundamental en la identificación de un perfil de alto ries-
go. Teniendo en cuenta estos resultados, los modelos evolutivos
de la conducta problemática, antisocial y delictiva podrán ser
actualizados a partir de los estudios de trayectorias, consideran-
do así la presencia de facetas o dominios diferenciados en cada
uno de los patrones (e.g., un patrón marcado por la presencia
temprana de problemas de conducta y de rasgos psicopáticos;
Waller et al., 2015). Esto abrirá la puerta a una mejor identifi-
cación y comprensión de aquellos mecanismos que influyen en
el desarrollo de cada uno de los perfiles a lo largo del tiempo.
Tal y como ya se ha adelantado, los resultados de este trabajo
apuntan sin duda al importante papel que los rasgos psicopáti-
cos desempeñan a la hora de predecir diversas problemáticas en
etapas posteriores y a distintos niveles, incluso cuando los pro-
blemas de conducta no han llegado a manifestarse en la infancia
(Rowe, 2014). En base a esto, resulta de gran interés la identifi-
cación y análisis del grupo principalmente Psicopático, con altos
niveles de rasgos psicopáticos y bajos de problemas de conducta
en la infancia. Dicho grupo posee mayor poder predictivo que el
grupo principalmente Externalizante, aportando un importante
valor a los rasgos psicopáticos con independencia de la edad de
inicio de la conducta problemática. Tras analizar el desarrollo de
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