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Dossier




       de Gardner, entonces, siempre según su línea de pensamiento, en   Las ciencias de la salud, acuerdan en designar la existencia de
       el 90% de los casos de divorcio la madre tiene una psicopatología   un síndrome sólo (y sólo si) un grupo de signos y de síntomas
       severa grave, siendo innegable la magnitud del sesgo de género   están  constantemente  relacionados  entre  sí,  y  que  expresan
       presente en la construcción de su pretendido SAP:     una  situación  patológica;  cuando  se  corroboran,  a  través  de
                                                             un número considerable de casos y durante un tiempo pro-
       •  Gardner afirmó que el “SAP” constituye un ejemplo frecuente   longado, el conjunto de los signos y síntomas que lo confor-
          de folie à deux o folie à trois (Trastorno Psicótico Compartido).  man; cuando a su vez, se convalidó la metodología utilizada; y
                                                             cuando se exponen los estudios y pruebas a consideración de
       •  Según Gardner, es frecuente que la madre alienadora sea   la comunidad científica, para que cualquier profesional pueda
          psicótica.                                         fácilmente verificarlo de manera objetiva.

       El porcentaje de hombres considerados alienadores es me-  Conflicto con varias cuestiones metodológicas:
       nor – y relativamente novedoso, ya que Gardner lo introdujo
       como defensa de la acusación de misoginia por parte de las   •  Imposibilidad  de  univocidad  en  la  interpretación  de  un
       asociaciones de mujeres - y en cualquier caso el alienador se-  síntoma.
       gún él, habría aprendido a alienar haciendo un mal uso de
       la lectura de sus libros, con lo cual vuelve a ser palpable el   •  El papel del desarrollo infantil en la expresión de conductas.
       axioma machista del síndrome: la maldad la ejerce la mujer
       o se aprende de ella - y las medidas que se toman cuando   •  La evaluación de un síntoma aislado del contexto.
       la presunta alienación la produce el padre en el hijo o hija
       son drásticamente diferentes por su levedad, quedando pa-  •  Negar el papel del otro en la generación del rechazo y de la
       tente una vez más el innegable sesgo de género del SAP. Así,   familia como sistema.
       cuando el alienador es el padre, los tribunales no ordenan el
       cambio de guarda y custodia en la mayoría de los casos, sino   •  No contempla el tiempo de contacto e intensidad del vín-
       que aconsejan que el tiempo de visitas con la madre alienada   culo para explicar la conducta. Para Gardner el vínculo y el
       se reduzca para no atormentar al menor con unas visitas que   apego del menor no tienen relevancia.
       no desea. Cuando el alienador es él, mantiene la guardia y
       custodia e incluso se suspende el régimen de visitas a los hijos   •  Obvia el diagnóstico diferencial.
       con la madre alienada-rechazada.

       Algunos de los supuestos sobre los que se asienta el SAP:
                                                               11. A pesar del descrédito del sAP o de sus eufemismos,
                                                                éste se sigue aplicando en los juzgados de gran parte
       •  Que los niños son fácilmente programables.
                                                                  de países del mundo, incluido españa ¿por qué?
       •  Que la influencia es sólo lineal A-B-C.
                                                             No dejan de sucederse las recomendaciones desde el Consejo
       •  Que  los  niños  mienten  y  pueden  sostener  una  mentira,   General del Poder Judicial, distintos gobiernos, publicaciones,
          sólo por dañar a otra persona, aun cuando vaya contra su   directrices e informes sobre la inquisitorial naturaleza del SAP,
          propia voluntad, sentimientos e intereses. Así, cuando uti-  el más reciente el realizado por el grupo de trabajo de inves-
          lizando la fuerza –y la más feroz: la fuerza organizada del   tigación sobre el supuesto SAP y publicado por el Ministerio
          Estado- se obliga al menor a no comunicarse con el pro-  de Sanidad, Política Social e Igualdad, que desarrolla muy de-
          genitor con el que se siente feliz y seguro para entregarlo   talladamente el porqué de la invalidez de su diagnóstico y el
          al progenitor rechazado, Gardner lo justifica como que en   peligro que éste conlleva, y porqué su aplicación es una aberra-
          realidad está entregando al menor al padre amoroso, al que   ción contra las derechos humanos de menores y mujeres.
          el menor realmente quiere, por lo que él denomina este
          atentado contra los derechos de las personas menores de   La “terapia de la amenaza” es el tratamiento al que involunta-
          edad “un intercambio de prisioneros”.              riamente se somete a menores y madres, son las medidas lega-
                                                             les y psicoterapéuticas que dentro de las tablas del diagnóstico
       •  Que los derechos de los niños deben quedar subsumidos a   diferencial de Gardner, éste propone como único tratamiento
          los derechos de los progenitores. Todo ello de acuerdo a la   posible para “curar” lo que según él, de no hacerse, va a cons-
          interpretación imperante, gracias a su legado y propagación   tituir un grave problema de salud mental para el menor, agra-
          del mismo, del “principio del interés superior del menor”,   vándose progresivamente en el tiempo. Pero Gardner nunca
          que en consonancia con todo lo expuesto en el presente ar-  puso a consideración del resto de la comunidad científica la
          tículo queda supeditado al “interés superior del padre”.  fórmula, el modo en el que llegó a formular el síndrome, ni
                                                             hizo pruebas de validez y fiabilidad de su diagnóstico diferen-
       •  Que es necesario coaccionar a un niño para encauzar su   cial, por lo que se trata evidentemente de un experimento sin
          conducta  en  los  criterios  de  “normalidad  subjetiva”  que   el consentimiento de las personas, también menores de edad,
          consideren los adultos implicados. En este punto sólo plan-  los más vulnerables.
          tearnos una pregunta ¿no tienen los menores derechos? Si
          es así, el Estado ha de poner en marcha la coerción legal   Hay una casi nula repercusión de las directrices ampliamente
          sobre las personas que vulneran estos derechos.    estudiadas, verificadas y contrastadas de todas las fuentes ci-

                                                                                          Infancia, Juventud y Ley 69
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