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Dossier




       instrumento de medición fiable, las críticas fueron tan rotun-  Pero es más: si, como afirman Escudero et al. (2010, p. 22) “no
       das que el mismo Gardner abandonó su aplicación, y en sus   existe dicha acreditación sobre la metodología, y el constructor del
       libros posteriores a 1995 ni la menciona. Dicha consciencia   supuesto SAP no puede garantizar en modo alguno la falsedad o no
       por parte del propio Gardner de la falta de utilidad de la escala   de las denuncias; si pueden existir múltiples explicaciones válidas
       le llevó a sugerir el empleo de otros instrumentos, que ni fue-  sobre el rechazo del menor hacia el progenitor las cuales el supuesto
       ron pensados ni pretenden detectar realmente su “síndrome”.   SAP no pueda descartar; si la posibilidad de falsos positivos (de-
       Así, comentan Escudero et al. (2010, pp. 34-35): “Para evitar   terminar erróneamente que un menor tiene un supuesto SAP sin
       el error, Gardner propone usar conjuntamente con los síntomas del   tenerlo) es tan elevado que en tal caso la medidas de cambio de cus-
       supuesto SAP los criterios del trastorno por estrés postraumático.   todia pueden suponer realmente un riesgo y daño inasumible para
       Según el autor, la descripción en el DSM IV de este trastorno, se   el menor; y si pudiéndose demostrar que los fundamentos del su-
       aproximaría a la reacción propia de un niño abusado. De forma   puesto SAP se han construido falseando la terminología empleada
       parecida, en un artículo de 2004, Gardner propuso apoyarse en los   y establecido una lógica que permita justificar cualquier resultado
       criterios que se describían en el «Síndrome de la Falsa Memoria»   a priori, ¿cabría entonces que un sistema de protección como es el
       (SFM) para ayudar (al supuesto SAP) a distinguir el testimonio   judicial permitiese mantener su uso?”.
       veraz del falso”.
                                                             Seguramente, aunque sólo fuera por atenernos a la regla de la
       Por lo tanto, no existe ningún instrumento diagnóstico para   navaja de Ockham, deberíamos aceptar antes cualquier expli-
       detectar el síndrome inventado por Gardner. Claro que, par-  cación mucho más sencilla que las establecidas por Gardner.
       tiendo de una base psicoanalítica y de la imposibilidad de de-
       rivar de la teoría unas hipótesis plausibles y demostrables, la   Muchos son los fallos derivados del modelo. Desde un punto
       creación de un instrumento es algo imposible.         de vista más técnico, un grave problema de la teoría de Gard-
                                                             ner se debe al hecho de que no contempla el desarrollo evolu-
                                                             tivo de los menores “alienados”. Así lo comentan también Es-
                                                             cudero et al. (2010, p. 38): “La omisión del papel del desarrollo
                     6. A modo de conclusión
                                                             infantil en la expresión de las conductas: por el contrario, el
                                                             conjunto de ochos síntomas del supuesto SAP se considera
       El psicoanálisis ha calado de manera profunda sobre todo en   válido en todas las edades”.
       el campo de la cultura. En el cine hay multitud de tenden-
       cias y directores que utilizan los conceptos del psicoanálisis   Por  otra  parte,  Gardner  no  se  limita  exclusivamente  a  rea-
       (David Lynch, Kurosawa, Buñuel, Woody Allen...) No hay   lizar afirmaciones encaminadas a convencer de la existencia
       más que recordar “Psicosis” de Alfred Hitchcock, en la que   del SAP, sino que da un paso más, estableciendo mecanismos
       Norman Bates afirmaba que el mejor amigo de un hombre   para evitar que el denominado síndrome siga manifestándose,
       es su madre, en clara alusión al complejo de Edipo. Además,   creando la “Terapia de la Amenaza”, estableciéndola como el
       nadie pone en duda la influencia del “séptimo arte” tanto en   tratamiento terapéutico que actuaría sobre el supuesto meca-
       la Psicología colectiva como en la individual. En música po-  nismo patogénico de adoctrinamiento o inducción. Consiste
       demos citar a modo de ejemplo el caso de Mozart, al que   en  separar  al  progenitor  custodio  que  supuestamente  desea
       debemos producciones geniales que compuso en estado casi   provocar  animadversión  en  el  hijo  hacia  el  otro  progenitor,
       delirante; recordemos la obsesión que tenía con el personaje   arrebatándole la guarda y custodia y obligándole a entrar en
       anónimo que le encargó el “Réquiem”. Una ópera suya, “La   tratamiento. Sólo ya el nombre de “terapia de la amenaza” va
       flauta mágica”, está llena de símbolos oníricos, e incluso ana-  en contra de los códigos deontológicos psicológicos y médicos
       listas actuales ven en ella una relación con la masonería; en   al respecto.
       definitiva, en todas las artes es muy normal que se exprese lo
       más interior de cada individuo, aflorando todos los instintos   La propia amenaza gravita fundamentalmente sobre el cam-
       reprimidos. No hay más que ver, por ejemplo, un cuadro de   bio permanente de custodia: “La amenaza de la custodia prin-
       Dalí o de cualquier pintor surrealista, ya que este movimiento   cipal puede también ayudar a tales madres a “recordarles cooperar”
       artístico fundamenta sus producciones en la teoría de Freud   Así, Escudero et al. (2010, p. 49) especifican que “el argumento
       (Clemente, 2010).                                     se apoya en que sólo una justicia eficaz en cumplir sus amenazas
                                                             puede llevar a cabo las medidas del supuesto SAP. Para Gardner,
       Pero junto con esto, la sociedad no puede ni debe aceptar las   esto es casi una lucha contra los instintos primitivos que conside-
       ideas  provenientes  del  psicoanálisis.  Así,  varios  movimien-  raba en la mujer: “En todo el reino animal las madres lucharán
       tos feministas critican a Freud por explicar a la mujer como   literalmente hasta la muerte para salvaguardar a sus descendien-
       un hombre sin falo, y por el concepto de “envidia del pene”.   tes, y las mujeres todavía están bajo la influencia de la misma
       Otros movimientos critican también su teoría por conside-  programación  genética”.  En  muchas  ocasiones,  se  recomendará
       rar la homosexualidad como una perversión; el gran impacto   periodos de prisión u hospitalización tanto para la madre como
       cultural de las teorías de Freud sobre el desarrollo psicosexual   para el niño, a modo de recordatorio de la capacidad ejecutoria del
       y posiblemente una falta de rigor u objetividad en su inter-  juzgado. La relación entre castigo y conducta reprobada es eviden-
       pretación popularizó la idea de la homosexualidad como una   te en este fragmento: “Otra consideración, sobre todo para niños
       enfermedad, aumentando en la primera mitad del siglo XX el   más jóvenes, sería la residencia temporal en una casa de acogida o
       internamiento de homosexuales en centros de salud mental. El   en un refugio para niños abusados. Esto es obviamente punitivo y
       tratamiento psicoanalítico fue utilizado durante varias décadas   podría ayudar a tales niños a replantear su decisión de no visitar”
       para intentar “curar” la homosexualidad.              (al padre no custodio)”.

                                                                                          Infancia, Juventud y Ley 55
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