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Dossier
El síndrome de alienación parental
no es un transtorno mental,
problema relacional ni de conducta.
Es una feroz resistencia a los avances en
la igualdad entre hombres y mujeres
Dolores PADIllA rACero
Máster en Derechos Humanos Presidenta de la Federación Grito en Silencio
Resumen
El nombrado como síndrome de alienación parental, de
aquí en adelante SAP, fue descrito en Estados Unidos por el
psiquiatra R. Gardner. Gardner era un reconocido defensor
de la pederastia y cuya obra, impregnada de misoginia, se
autopublicó. Basado en la extrapolación del precedente legal
estadounidense, donde desde 1985 hasta 1997, se resuelven
conflictos sobre la guarda y custodia de menores en función
de un síndrome que no ha sido validado, él mismo, define
su fabricado SAP, como un trastorno, síndrome psiquiátrico,
por el que un menor inducido por su madre mentiría sobre
su padre, le difamaría y rechazaría su compañía de forma
“taxativa”. La madre programaría al hijo para que difame
al padre, pero las propias contribuciones del menor en esta
campaña de descrédito hacía el padre “alienado” es lo que
hace que el síndrome aspire a ser tal, estas contribuciones
del hijo o hija son para Gardner la prueba de la psicosis o
locura, delirios compartidos entre madre e hijo, locura que
va a ser extensible a todos aquellos profesionales y personas
que intenten desde el conocimiento, distintas disciplinas y
utilizando fuentes veraces y contrastadas, proteger al menor.
Entre otros argumentos el SAP se basa en la “falsedad in-
herente en los niños” por la que no se les debería dar crédito
si acusan a su padre de malos tratos, abusos y/o negligen-
cias y la idea de que la madre utiliza el sistema legal para
apartar al hijo o hija del padre, haciendo uso de su natu-
raleza manipuladora, perversa, vengativa inherente al sexo
femenino, por lo que las teorías de Gardner no tardaron en Agradecimientos
encontrarse con la oposición de los movimientos en defensa
El presente artículo se lo dedico a mi hija, siempre a mi
de la infancia y la mujer, además de los de la comunidad
hija, a quien la amenaza nunca logró arrebatarle la bondad,
científica internacional y nacional. Como ejemplo mera-
la generosidad y la inocencia. Y al resto de niños y niñas,
mente anecdótico, ya que las hemerotecas están plagadas de
junto con sus madres, quienes son perseguidos, acosados
las manifestaciones misóginas y de apología de la pederas-
por quienes deberían garantizar sus derechos. Con la es-
tia, señalar que el título de una de las obras de Gardner es
peranza de que este grito, que ya no es en silencio, llegue lo
“Histeria del Abuso Sexual: las Brujas de Salem vuelven a
más alto y lejos posible….
Visitar los Juzgados”.
58 Infancia, Juventud y Ley