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INTERÉS PROFESIONAL
M.ª Jesús Berlanga Adell | Joan Lacomba Vázquez
por la norteamericana National Association of Social Workers. Posteriormente, en la
Conferencia Nacional de Servicio Social de los Estados Unidos de 1943 la organiza-
ción de la comunidad fue definida “como el arte de descubrir necesidades sociales y
de crear, coordinar y sistematizar los agentes instrumentales a través de los cuales los
talentos y recursos de los grupos pueden ser dirigidos hacia la realización de los idea-
les del mismo grupo y hacia el desarrollo de las potencialidades de sus miembros. In-
vestigación, interpretación, conferencias, educación, organización de grupos y acción
social son los principales elementos usados en este proceso” (Torres, 1987, p. 200).
Ese mismo año en que se celebra la Conferencia Nacional se publicará el libro de Arthur
Dunham Social Work Year Book, que describe la Organización de la Comunidad como
“un proceso dirigido hacia la creación de recursos y el mantenimiento del equilibrio
necesario entre tales recursos y las necesidades de una determinada área geográfica o
campo específico de Servicio Social” (Dunham, 1943). Sin embargo, poco después el
modelo de organización de la comunidad se escindiría en dos grandes ramas, la orga-
nización comunitaria (community organization) y el desarrollo comunitario (commnunity
development), con trayectorias y sentidos bien distintos (Royo, 1997).
El nacimiento de esta segunda rama de la organización de la comunidad, más enfoca-
da a al papel de las poblaciones locales y ligada al emergente concepto de desarrollo,
está estrechamente vinculado con el papel de la Organización de las Naciones Uni-
das . Creada en 1945, como consecuencia de los reequilibrios políticos posteriores a
1
la Segunda Guerra Mundial, Naciones Unidas tiene como objetivo principal garantizar
la paz mundial mediante el desarrollo de los pueblos, y en 1950 formula su primera de-
finición del desarrollo de la comunidad como “aquellos procesos en virtud de los cuales
los esfuerzos de una población se suman a los de su gobierno para mejorar las condi-
ciones económicas, sociales y culturales de las comunidades, integrar a éstas a la vida
del país y permitirles contribuir plenamente al progreso nacional” (Torres, 1987, p. 200).
Unos años más tarde, en 1958, cuando Naciones Unidas está ya más implicada en el
desarrollo de los países del Sur en proceso descolonización, que en el de los países
del Norte afectados por la guerra, el desarrollo comunitario será definido nuevamen-
te como “el proceso por el cual el propio pueblo participa de la planificación y en la
realización de programas que se destinan a elevar su nivel de vida. Eso implica la
colaboración indispensable entre los gobiernos y el pueblo para hacer eficaces es-
quemas de desarrollo viables y equilibrados” (Torres, 1987, p. 201). De este modo, el
desarrollo comunitario va a adquirir una dimensión geopolítica que va a verse reflejada
en las numerosas publicaciones del Departamento de Asuntos Económicos y Socia-
1 Véase Naciones Unidas (1955). El progreso social mediante el desarrollo de la comunidad.
92 TRABAJO SOCIAL HOY 3. Cuatr. 2021, n.º 94 [89-105] ISSN 1134-0991
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