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INTERÉS PROFESIONAL

M.ª Jesús Berlanga Adell | Joan Lacomba Vázquez

INTRODUCCIÓN

A lo largo del tiempo el Trabajo Social ha venido incorporando diferentes modelos y
enfoques ligados al empleo de una serie de conceptos que, muchas veces, han sido
integrados de una forma acrítica. El actual campo semántico del Trabajo Social todavía
da cuenta de una terminología de orígenes y momentos diversos que, en ocasiones,
dificulta los consensos teóricos y metodológicos dentro del área y afecta a la práctica
profesional.

En este artículo nos centramos particularmente en el entorno de los conceptos de de-
sarrollo y comunidad empleados en el Trabajo Social, así como otros términos conexos
que responden a formas diferentes de entender lo social y enfoques políticos en torno
a la manera de abordar los problemas sociales.

En la literatura del Trabajo Social, y en la del conjunto de las ciencias sociales, hemos
podido ver cómo algunos/as autores/as huyen del uso del término desarrollo y otros/as
lo hacen del de comunidad, ambos sometidos a intensos debates por la carga ideoló-
gica que habitualmente los ha acompañado -sobre las críticas al concepto de desarro-
llo véase Esteva (1996) o Rist (2002); sobre el de comunidad véase Anderson (2006)-.
El desarrollo ha sido sustituido por la promoción, la acción o la intervención, mientras
que la comunidad ha sido reemplazada por la localidad, la sociedad o la colectividad.
Al mismo tiempo, el desarrollo se ha visto sometido a sucesivas reconfiguraciones que
lo vinculan además de con lo comunitario, lo económico, lo local o lo social, a la soste-
nibilidad (desarrollo sostenible) o la dimensión humana (desarrollo humano).

Todas estas mutaciones conceptuales se producen en el marco de sociedades que
resultan cada vez más complejas, lo que contribuye a una notable dispersión y
variabilidad en las respuestas políticas a los problemas sociales. Como señalan
Barbero y Feu (2009), nos enfrentamos a la precarización de la ocupación, nuevos
segmentaciones y fragmentaciones sociales, aparición de procesos de exclusión y
dualización más intensos, debilitamiento del vínculo social, irrupción del género y
la diversidad cultural, crisis de las instituciones tradicionales, crisis del Estado del
Bienestar, aparición de políticas selectivas o políticas de inserción laboral focalizada.
Para atender todas estas nuevas problemáticas se ha impuesto la lógica de proyec-
tos entre las instituciones, y se ha descargado buena parte de la acción en el tercer
sector y la iniciativa privada. Al mismo tiempo, se ha desplegado un nuevo aparato
conceptual que condiciona el marco de comprensión de la intervención social, con
términos como construcción de la ciudadanía, capital social, trabajo en red, parte-
nariado, acciones integradas, acciones comunitarias, acciones sinérgicas, políticas
activas, políticas sociales de inserción con base local o territorializadas (Barbero y
Feu, 2009, p. 183).

90 TRABAJO SOCIAL HOY 3. Cuatr. 2021, n.º 94 [89-105] ISSN 1134-0991
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