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Entrevista
Doctor Joaquín de Paul Ochotorena
Catedrático de la Universidad del país Vasco
problemas económicos derivados de la situación social general
El profesor Joaquín de Paul es Catedrático no maltratan a sus hijos/as.
de Psicología Social de la Universidad
el País Vasco. Ha publicado numerosos En muchos casos de maltrato infantil, especialmente en el
caso de la negligencia, se asocia a dificultades derivadas de la
libros sobre menores en conflicto social,
inadecuada “madurez psicológica y emocional” de los padres.
especializándose en los últimos años en
El término “inmadurez” puede no ser muy ortodoxo desde el
el maltrato infantil.
punto de vista psicopatológico, pero puede resultar de cierta
utilidad para entender muchas de las principales dificultades
para ejercer el rol parental que desencadenan situaciones de
maltrato infantil.
Es usted un estudioso de la violencia ejercida sobre los
niños y en sus factores desencadenantes. ¿Nos podría Es frecuente encontrar en este tipo de familias, madres y pa-
enumerar las dimensiones básicas que influyen en esta dres que tuvieron sus hijos/as muy jóvenes, que tienen varios
aparición? hijos/as a edades muy tempranas, que muchas de las madres
no tienen parejas estables y que, en una proporción importan-
Efectivamente, he dedicado una parte importante de mi activi- te, tienen una historia personal de desprotección.
dad profesional al tema de la violencia ejercida a los niños, pero
casi exclusivamente a la que se ejerce en el ámbito familiar. Normalmente consideramos que existen dos tipos de
menores ante los que debemos actuar institucionalmen-
Cuando utilizamos el término “maltrato infantil” nos solemos te: protección y reforma. ¿Qué opina de esta distinción?
referir no sólo a la violencia física y psicológica sino que se sue-
len incluir otras formas de desprotección como la negligencia Como los lectores saben, la única utilidad de esta diferenciación
en los cuidados físicos, médicos, educativos, etc. y la negligencia tiene que ver con el hecho objetivable de que los menores en si-
en la cobertura de necesidades de tipo emocional, etc. tuación de “reforma” han cometido algún acto de tipo delictivo.
La aparición y mantenimiento de situaciones de violencia so- Si fuéramos viendo una a una la situación personal de los me-
bre los niños, niñas y adolescentes se puede deber a múltiples nores que están en el sistema de protección o de reforma nos
causas aunque en cada familia se dan sólo algunas de las que daríamos cuenta de que las historias personales son muy seme-
se citan habitualmente. Si hubiera que enumerarlas, es impres- jantes, que muchos de los menores que están en “reforma” han
cindible señalar (1) el consumo excesivo o adicción al alcohol y estado en “protección” y que, en realidad, todos los menores, ya
a otro tipo de sustancias, (2) la presencia de trastornos de tipo sea en uno u otro de los sistemas necesitan “protección”.
psicológico, pero muy especialmente los del espectro depresi-
vo/ansioso y los denominados “trastornos de personalidad” y Otra cosa es que, además, el tipo de comportamiento de los
(3) todas las limitaciones graves que se puedan observar para menores de “reforma” exija que la sociedad deba tomar las pre-
el desarrollo del rol parental. En este tercer grupo de variables cauciones pertinentes para impedir que niños/as o adolescen-
se deberían incluir, entre otras, la ausencia de habilidades pa- tes muy dañados puedan cometer actos que pudieran ser muy
rentales para controlar la disciplina de los hijos/as, la falta de dañinos para otras personas. Es por ello, que algunos de los
habilidades sociales generales, la baja tolerancia a la frustra- menores en “reforma” deben estar bajo cierta vigilancia y, en
ción, la escasa capacidad de autocontrol, la ausencia de apoyo algunos casos, con la libertad de movimientos muy limitada.
social, etc.
Ya hace más de 23 años (1987) que se llevó a cabo una dife-
No se puede olvidar que la mayoría de las personas que mal- renciación en la organización del sistema de atención a me-
tratan a sus hijos/as están sometidas a frecuentes y graves nores que derivaba “la protección” a los Servicios Sociales y
situaciones estresantes, entre ellas las derivadas de graves li- que, en buena medida “desjudicializaba” las intervenciones con
mitaciones económicas. Pero habría que matizar esta cuestión los menores en situación de “desamparo” o “desprotección”. Es
porque en algunas ocasiones las dificultades económicas seve- difícil (o, más bien, imposible) saber qué habría ocurrido si
ras son, a su vez, consecuencia de las propias limitaciones de tanto la “protección” como la “reforma” hubieran permanecido
los padres para afrontar su vida personal y familiar. O dicho sin separación en el sistema judicial. Probablemente no es el
de otra manera, la mayoría de las personas que tienen graves momento de volver a discutir esta cuestión. Pero la “protec-
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