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mujeres.
Otro año fundamental para señalar en la cronología del Día Internacional de la Mujer
es 1917, cuando las mujeres rusas, como reacción a los 2 millones de soldados rusos
muertos en la guerra, escogieron el último domingo de febrero para declararse en
huelga demandando “pan y paz”.
Ya fue en el año 1975, cuando la Organización de Naciones Unidas (ONU), coincidiendo
con el Año Internacional de la Mujer, comenzó a celebrar el 8 de marzo como Día
Internacional de la Mujer con el objetivo de reflexionar acerca de los avances logrados,
pedir más cambios y celebrar la valentía y la determinaciones de mujeres de a pie que
ha jugado un papel clave en la historia de sus países y comunidades. Dos años más
tarde, en 1977, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución invitando a
todos los Estados a que proclamasen, de acuerdo con sus tradiciones históricas y
costumbres nacionales, un día del año como “Día de las Naciones Unidas para los
Derechos de la Mujer y la Paz Internacional”.
Desde entonces, el 8 de marzo se ha conmemorado en diversos países del mundo,
siendo una ocasión más para celebrar los actos desarrollados por mujeres de todo el
mundo a favor de la igualdad entre mujeres y hombres, reflexionar sobre los avances
conseguidos, exigir cambios y reclamar los derechos de todas las mujeres en todos los
ámbitos.
Breve análisis de la evolución de los derechos de las
mujeres en España
Realizando un breve análisis de la evolución de los derechos de las mujeres en España,
es imprescindible señalar en qué situación se encontraban las mujeres hace poco más
de 100 años en nuestro país. Como ejemplo de ello, los códigos Civil (1889), Penal
(1870) y de Comercio (1885) establecían, por ejemplo, que las mujeres casadas no
tenían autonomía personal ni laboral, no eran dueñas de su salario y tenían que tener
autorización de su marido para realizar, tanto actividades económicas, como
comerciales. En el ámbito de lo penal, el hecho de que una mujer desobedeciera o
insultara a su marido, era suficiente para ir a la cárcel.
En España las mujeres no pudieron acceder a la enseñanza superior en igualdad de
condiciones hasta el 8 de marzo de 1910, cuando se aprobó una real orden que
autorizaba “por igual la matrícula de alumnos y alumnas” poco tiempo después de que
Emilia Pardo Bazán fuera nombrada consejera de Instrucción Pública. Fue a finales del
siglo XIX cuando las mujeres en España comenzaron a ir a la universidad
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