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INTERÉS PROFESIONAL
Los grupos multifamiliares en la rehabilitación psicosocial de personas con trastorno mental
desde la mirada del trabajo social con grupos
humana para comprender los relatos y los procesos de interacción que se producen
en el espacio multifamiliar, como los cinco axiomas de la comunicación de Watzlawick
o la teoría del doble vínculo de Bateson “que ha servido para explicar la influencia de
la comunicación humana en patologías mentales severas tales como la esquizofrenia”
(Sempere y Fuenzalida, 2017 p. 112). Específicamente, la TIF utiliza conceptos básicos
de la terapia familiar sistémica como “paciente designado” […] “sistemas triádicos” […]
“pseudomutualidad” […]” asignación de roles” […] “individuación y diferenciación del
yo” […] “lealtades invisibles en la familia” […] “juego familiar” […] “reencuadramiento”
[…] “trabajo sobre los límites y las fronteras” […] “inclusión en el contexto terapéutico
de las personas significativas” […] y “estrategias narrativas de cuestionamiento del
síntoma, de la estructura familiar o de la realidad familiar” (Sempere y Fuenzalida, 2017
pp. 113-115).
La Terapia Interfamiliar también utiliza de forma directa a la comunidad como elemento
de apoyo social y para el abordaje terapéutico, dando cabida en las sesiones grupales
a la inclusión de las redes sociales significativas del entorno de los participantes y ofre-
ciendo la posibilidad de ampliar dichas redes de apoyo en la oportunidad que supone
encontrarse con otros en el GMF, dado que en dichas redes sociales, las personas
construyen su “identidad, bienestar, competencia y protagonismo o autoría, incluyendo
los hábitos de cuidado de la salud y la capacidad de adaptación en una crisis” (Sluzki,
1996 citado en Sempere y Fuenzalida, 2017 p. 121). De esta forma, las múltiples na-
rrativas que surgen en el GMF como red social, supone “estar presente en la vida de
los otros” […] participando de un […] “proceso reconstructivo” […] que permite […]
“una organización de la identidad a través de la mirada y las acciones de los otros” […],
“una retroalimentación cotidiana acerca de las desviaciones de salud que favorece los
comportamientos correctivos” y […] “actividades personales que se asocian a mejorar
la calidad de vida” (Sempere y Fuenzalida, 2017 pp. 122-123). Desde esta concep-
tualización de la dimensión social del malestar y bienestar de las personas, Sempere
y Fuenzalida (2017) señalan que la TIF también incorpora “las bases de las prácticas
colaborativas y dialógicas descritas por Harlene Anderson (2003)” (Sempere y Fuenza-
lida, 2017 p. 125), concibiendo los GMF como “sociedades conversacionales” […] en
los que los participantes realizan una […] “investigación compartida en la que exploran
juntos lo familiar” […], donde “los participantes son considerados como expertos” […],
en un diálogo en el que emergen conversaciones caracterizadas por la “incertidumbre”
sin saber “a priori a dónde nos va a llevar una conversación” […], guiados por unos
conductores grupales que no dirigen la conversación sino que participan en ella com-
partiendo su “conversación interna en vez de mantenerla oculta o velada” […] y en los
que no se usa lenguaje técnico sino que se “utiliza un lenguaje coloquial” (Sempere
y Fuenzalida, 2017 pp.125-126). En este mismo sentido de usar la red social como
elemento socio terapéutico, la TIF también aplica los principios del Diálogo Abierto, “un
modelo de intervención terapéutica comunitaria desarrollado a partir de la década de
TRABAJO SOCIAL HOY 3. Cuatr. 2021, n.º 94 [49-73] ISSN 1134-0991 59
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