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INTERÉS PROFESIONAL
Los grupos multifamiliares en la rehabilitación psicosocial de personas con trastorno mental
desde la mirada del trabajo social con grupos
cipales autores multifamiliares. Los familiares traen su propio sufrimiento emocional y sus
necesidades al escenario de la rehabilitación psicosocial, aunque muchas acudan inicial-
mente “como si no fuera con ellas”, como si el problema de salud mental que existe se
redujera exclusivamente al portador del síntoma, es decir, al paciente designado como su
familiar diagnosticado de un TMG y, por tanto, en los primeros contactos con los dispositi-
vos las familias no se estén considerando objeto de intervención en sí mismas. Si las inter-
venciones unifamiliares se proponen para intervenir sobre la dinámica relacional familiar de
forma que repercuta en el bienestar y desempeño de la persona con TMG, los llamados
Grupos Psicoeducativos diseñados para familias posibilitan que los familiares accedan a
espacios de encuentro con otros familiares en los que obtienen mucha información que
suelen desconocer en torno al TMG y en los que se consigue “reducir los niveles de emo-
ción expresada de los familiares, sobre todo en relación con los comentarios críticos y la
sobreprotección” (Leff y Vaughn, 1985 citado en Sempere y Fuenzalida, 2017 p. 29). Sin
embargo, los Grupos Psicoeducativos también son objeto de crítica al estar diseñados
solo para los familiares y no incluir en ellos a las personas con TMG, lo cual ha sido señala-
do como iatrogénico en sí mismo al provocar un abordaje profesional que favorece en los
familiares una concepción fragmentada de la situación en la que, sin quererlo, se dibuja
“un ellos y un nosotros” que podría estar reforzando en los familiares la idea de paciente
identificado, ese etiquetamiento que la persona con TMG recibe de sus familiares al ser
designado por el grupo familiar como “el origen, causa o ser el que padece un problema
determinado”(Doron y Parot, 2008 citado en Sempere y Fuenzalida, 2017 p. 26) además
de conseguir un efecto de distracción sobre lo que desde la teoría sistémica se denomina
“verdadero cliente” o familiar cuya conducta relacional dentro de la familia es enfermante
en sí misma para los demás miembros del sistema familiar, especialmente para la persona
con TMG. En este sentido, Sempere y Fuenzalida (2021) afirman que la separación entre
familiares y personas con TMG en grupos paralelos y la constitución de grupos de familias
o Grupos Psicoeducativos solo para familiares de personas con TMG, conllevan “implica-
ciones iatrogénicas” […] al potenciar “la separación y fragmentación en la familia” […], “la
victimización de ambos colectivos (padres vs hijos y viceversa)” […] y “la desconfirmación
de los/as usuarios/as (no invitados al grupo de familias como si no fueran parte de ella)”
(Sempere y Fuenzalida, 2021).
En cambio, los Grupos Multifamiliares sí incluyen tanto a los familiares como a las perso-
nas con TMG ya que buscan la configuración de una única entidad grupal porque, como
afirma Cabrera (2004), “la inclusión que persigue la rehabilitación psicosocial no consiste
en que la población etiquetada como sana consienta compartir algún espacio comunitario
con las personas con enfermedad mental. La verdadera inclusión depende del mutuo
reconocimiento de vulnerabilidades y fortalezas que permita configurar un nosotros” (Ca-
brera, 2004 citado en Ortiz p. 139), lo que no solo se podría aplicar al entorno comunitario
sino también a la propuesta técnica de llevar a cabo un GMF. Es por ello que, desde hace
algunos años, los Grupos Multifamiliares se han sumado a las tareas de intervención fa-
TRABAJO SOCIAL HOY 3. Cuatr. 2021, n.º 94 [49-73] ISSN 1134-0991 61
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