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Comentario y análisis de películas
la cicatriz le dirá que “fue lo más honesto que has hecho en Eva abraza con fuerza a su hijo, a pesar de todo le quiere, y ella
tu vida”. La diferencia es que Eva se arrepiente al momen- es sin duda la que más sufre en esta historia.
to y siente culpabilidad, en cambio Kevin lo asimila como un
encuentro íntimo con su madre y en cierta manera añorara la Este film toca muchas áreas de la violencia juvenil: las rela-
complicidad violenta que vivió con ella. ciones madre-hijo, el papel de los padres en la unidad fami-
liar, como las relaciones parentales afectan a los hijos/as, los
Los recuerdos del pasado se van acercando cada vez más a asesinatos en masa en los institutos de EEUU, el papel de los
la noche trágica enmarcada por la cortina blanca ondeante y mass media, los trastornos del comportamiento en niños/as
el hipnótico sonido de los aspersores. La relación entre Eva y adolescentes, etc… Pero la fuerza que imprime el papel de
y Kevin es más adulta pero igual de frustrante. Estamos lle- Eva y el protagonismo que le da el film, hace que la mayoría
gando al borde de lo que sabemos va a ser un trágico final y de factores que rodean las acciones de Kevin queden en parte
seguimos sin saber por qué. La violencia crece cuando Cecilia ocultas. Al finalizar la película nos queda el desarrollo de la
pierde un ojo al caerle un químico de limpieza en la cara, in- relación madre-hijo y la historia de abuso de Eva, como únicos
tuimos que el culpable es Kevin, pero lo que más debería alar- elementos para que podamos contestar las preguntas que nos
marnos es su indiferencia cuando sus padres le confrontan con ha ido proponiendo el film. Es sin embargo una película reali-
el accidente de Cecilia. Esa falta de empatía debería despertar zada magistralmente, con una técnica de cámara y de edición
todas las alarmas. Pero la única consciente de la situación pa- muy precisa, que no busca ser un documental, ni un prisma
rece ser Eva, incapaz de reaccionar, encerrada en una relación de la realidad. Contarnos el sufrimiento de Eva y su historia
de amor-odio con su hijo que solo ve ella. Franklin, su marido, con Kevin es el destino del film; las preguntas que nos asaltan
es testigo de la falta de empatía de Kevin pero decide mirar después es más un deseo nuestro de ir más allá, de cruzar desde
para otro lado. La fantasía que pudiese haber en el inicio del la cabeza de Eva a la de Kevin para poder entenderle mejor.
film ya no puede servir de coartada para Franklin. Aunque Pero ese salto es imposible, ya que los espectadores somos uno
el padre no vea o no quiera creer los actos de su hijo, sí que más de los que rodeaba a Kevin y no supimos ver la violencia
está presente en su actitud ante el dolor de otros; pero decide que escondía.
esquivar el problema.
Una vez llegado el final es, sin embargo, injusto culpar a sus
padres. Kevin planifica y lleva a cabo una matanza en el ins-
tituto, con el potente arco que su padre le regaló las pasadas
navidades. Cierra con candados las puertas de la cancha de
deportes, y dispara sin emoción contra sus compañeros. Su
madre llega a tiempo al instituto para ver como le detienen,
solo para volver a su casa y encontrarse a su marido Franklin
y su hija Cecilia, muertos a flechazos en el jardín. El sueño
de la cortina blanca ondeante y el sonido de los aspersores, se
fusiona con la historia de Eva y Kevin.
En la última escena la pregunta con la que vimos nacer a Ke-
vin y que ha ido creciendo a medida que se acumulaba su ren-
cor, su odio y su falta de empatía, se presenta abiertamente en
el film: “¿Por qué?” le pregunta su madre a un Kevin encerrado,
rapado al cero, con claros signos de haber sido golpeado en
prisión. La mirada del niño es ya distinta, acaba de cumplir 18,
lleva dos años en prisión. Y su respuesta no puede ser más sin-
cera: “Solía creer que lo sabía, pero ahora no estoy tan seguro”.
Infancia, Juventud y Ley 93