Page 4 - boletin_igualdad_empresa-59
P. 4

Boletín  “IGUALDAD  EN  LA  EMPRESA”  nº  59,  30  de

                                                            marzo, Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar

                                   EMPLEO DOMÉSTICO:

                                   UN TRABAJO INGENTE Y

                   1

                                   NECESARIO FUERA DEL RADAR
                                   SOCIAL Y ECONÓMICO



              Artículo  de  Beatriz  Gimeno  Reinoso,  Directora  del

              Instituto de la Mujer


                                         Hablar del empleo doméstico es hablar fundamentalmente
                                         de empleo femenino precario, infravalorado y carente de la
                                         misma  protección  sociolaboral  que  otros  trabajos  por
                                         cuenta ajena. A pesar de que sin él, el resto de la actividad

                                         del  mercado  laboral  se  desarrollaría  con  mucha  menos
                                         facilidad  y  efectividad.  Estas  trabajadoras  cuidan  de
                                         nuestros  hogares,  de  nuestros  menores  y  de  nuestros
                                         mayores.  La  habitual  expresión  “este  trabajo  no  está
              pagado”,  adquiere  en  el  caso  del  empleo  doméstico  y  de  cuidados  de
              dependientes un sentido literal. No solo porque los sueldos muchas veces están
              por debajo del salario mínimo, sino porque su desempeño requiere actitudes de
              atención  y  afecto  que  van  más  allá  de  lo  que  corresponde  a  una  prestación

              remunerada.

              En España, al menos, unas 600.000 personas pertenecen a este sector, el 86,4 %
              de ellas son mujeres, y prácticamente una tercera parte no están dadas de alta en
              la seguridad social. De las que si lo están, algo más del 50 % son extranjeras.
              Probablemente, de las que no cotizan, el porcentaje de extranjeras sea aún mayor,
              y vivan en condiciones más vulnerables si están en situación irregular; muchas,
              además, han tenido que dejar a sus propios hijos e hijas en sus países de origen
              al cuidado de terceras personas, generalmente otras mujeres de la familia.

              Hasta  no  hace  tanto  no  se  consideraba  a  las  empleadas  domésticas  parte

              plenamente integrada en el mercado laboral, de hecho, son objeto de una diferente
              regulación, con peores derechos y prestaciones, como por ejemplo el acceso al
              desempleo,  las  garantías  frente  al  despido,  la  cobertura  de  la  situación  de
              incapacidad  laboral,  el  cumplimiento  de  horarios  y  tiempos  de  libranza  o  la
              remuneración de horas extraordinarias. Todo ello dependiendo más de la buena
              voluntad de las familias contratantes que de un sistema de derechos. Aun así, para
              muchas  de  ellas  las  condiciones  de  trabajo  siguen  presentando  características

                                                                                                     pág. 4
   1   2   3   4   5   6   7   8   9