Page 5 - infancia_juventud_y_ley-7
P. 5
Editorial
La situación de la infancia en nuestro país sigue en caída libre. Los datos que ha presentado
Unicef en Junio confirman el panorama desolador que se inició hace ya muchos años con la
aparición de la crisis. En 2015 uno de cada tres niños vivió en riesgo de pobreza o exclusión
y las economías de sus familias no pudieron afrontar ningún extra económico que surgiera
ocasionalmente.
Según datos de Unicef, la tasa de riesgo de pobreza alcanzó el 34,4% y en los colectivos
menos favorecidos económicamente como los emigrantes subió hasta el 60%. La pobreza
alcanza en el país a 2,5 millones de niños y aumentó el porcentaje en colectivos que en
años anteriores no se veían incluidos de forma general como familias numerosas, gitanos o
familias monoparentales.
protección...
Las causas son las advertidas año tras año por las organizaciones de infancia. Pero la lucha
contra la desigualdad y el empobrecimiento creciente de la población sigue sin estar situada
entre los objetivos políticos centrales del gobierno, lo que ha permitido este vergonzoso
crecimiento.
La inversión en la protección social de la infancia, después de varios años sin incrementarse,
es el 1,4% del Producto Interior Bruto, mientras que en la Unión Europea alcanza como
media el 2,2%. Son ya muchos años consecutivos que los anuarios estadísticos de las Orga-
nizaciones de Infancia repiten datos similares sin que se hayan creado las medidas que los
eviten. Otro año más perdido en el que se constata un retroceso en el acceso de los niños
a bienes sociales fundamentales sin que se produzca una intervención decidida, ni siquiera
en los segmentos más vulnerables. La situación empieza a hacerse crónica y empiezan a
aparecer síntomas de regresión a etapas que se consideraban superadas.
Unicef, al igual que la mayoría de las Organizaciones de Infancia apuestan por un Pacto
de Estado por la Infancia, que obligue al gobierno a incrementar la inversión social en el
ámbito de la infancia y que desarrolle medidas que puedan evaluarse como efectivas en su
enfrentamiento a la pobreza infantil.
En lo que llevamos de año se ha recrudecido problema y la situación se convierte en inso-
portable para muchas familias. Las políticas sociales urgen a crear las condiciones dirigidas
a la consecución de un Desarrollo Sostenible, creando urgentemente medidas de choque
para luchar contra la desigualdad y solucionar los dramáticos efectos que la crisis está oca-
sionando en los sectores más desprotegidos.
Con este inquietante panorama, el año 2015 ha sido fundamentalmente el año de la in-
fancia migrante. En los últimos tiempos hemos visto muchas imágenes de niños y niñas
en lanchas, playas, trenes, ante alambradas de espino o en el barro intentando escapar de la
guerra, o de la pobreza. Otras escenas espeluznantes nos han mostrado niños sin vida en las
playas después de haber recorrido un sinnúmero de dificultades inenarrables; fotos que no
muestran sino la punta de un problema social calamitoso. A pesar del impacto mediático
que conmovió a medio mundo no se produjo ninguna respuesta desde la Unión Europea.
No se tomó ningún tipo de medida para frenar el horror. Es más, desde que en 2015 las
fotos de Aylan, ahogado en la playa el 2 de septiembre, hasta final de año, murieron dos
niños anónimos al día sin que en Europa se realizase ningún cambio político sustancial que
tratara de impedir esas muertes.
Durante el año 2015, 96.000 niños y adolescentes no acompañados, aproximadamente la
población de Cáceres, pidieron asilo en Europa, según informa Euroestat. Vinieron solos,
muchos en condiciones penosas; vía Lesbos, Samos, Sicilia o desembarcaron en cualquier
playa del sur o del levante español. Algunos vinieron unidos a otros adolescentes conocidos
durante el viaje o en el lugar de partida. Afrontaron el riesgo a morir ahogados viajando en
el mar en pateras frágiles y sobrecargadas (el 30% de personas fallecidas en el Egeo fueron
menores). Una vez desembarcados asumieron otros riesgos como el de caer en manos de
alguna red de tráfico o de explotación de personas.
Los datos son espeluznantes; los menores de 18 años no acompañados realizaron durante
el año pasado el 7% de las 1.392.000 peticiones de asilo que se realizaron en Europa, según
datos de Eurostat. Estas cifras solamente incluyen a los que viajaron sin tutela de ningún
Infancia, Juventud y Ley 5