El acogimiento familiar especializado surge, entre otros, para dar posibilidad a aquellos niños, niñas y adolescentes (NNA) que llevan muchos años institucionalizados a salir en acogimiento con una familia, lo que hace que parte de la población que atendemos en este servicio se acerque a la última etapa del proceso de acogimiento, encontrándose cercanos a cumplir la mayoría de edad.
En el sistema de protección, todos aquellos adolescentes que se encuentren en acogimiento residencial, al cumplir los 16 años o incluso antes pueden participar en un Programa de Autonomía Personal que les oriente a desarrollar su proyecto vital, preparándoles para su futura emancipación y la vida independiente.
En acogimiento familiar, los adolescentes se enfrentan prácticamente a los mismos retos que aquellos que se encuentran en acogimiento residencial. Cuando cumplan los 18 años se encontrarán con tres escenarios distintos: la emancipación, la reunificación familiar y, en este caso, sí existe la posibilidad de que puedan convivir con la familia de acogida más allá de los 18 años. Contemplando estos tres escenarios, desde el servicio AFE, se ha diseñado un Plan de Apoyo a la Emancipación, en el que se propone trabajar a partir de los 14 años con todos los agentes implicados (familia de acogida, familia de origen y adolescente) en estas tres alternativas y las implicaciones que conllevan.

Este plan está centrado en las necesidades del adolescente, pero creemos que es esencial destacar la necesidad de un apoyo continuo al adolescente durante todo este proceso de transición a la vida adulta. El objetivo esencial de el Plan de Apoyo a la Emancipación es que los adolescentes puedan adquirir las habilidades prácticas y sociales necesarias para desenvolverse durante la vida adulta: desde aspectos tan básicos relacionados con la salud como la higiene y el cuidado de los espacios, como, en esta misma área, saber cómo gestionar una cita médica, ir a la farmacia, etc. Se trabajarán otras áreas de autonomía como cocinar, moverte en transporte público, el manejo del dinero, etc. Y otras áreas más amplias como la familiar y social, la escolar y formativa, la laboral y otros aspectos relacionados con la ciudadanía, entre otros. La familia acogedora, guiada por el técnico del acogimiento, trabajará en colaboración con el adolescente para desarrollar estas habilidades de manera gradual y adaptada a sus necesidades.
El trabajo con un adolescente en acogimiento es importante que se haga desde una planificación al futuro, ya que según las posibilidades que se barajen, habrá que explorar distintas opciones educativas, laborables e incluso de vivienda. Durante todo este proceso, los adolescentes deberán sentirse empoderados para ir tomando decisiones sobre su futuro con el apoyo de los adultos de confianza: sobre todo de la familia de acogida y de la familia de origen, ambos pilares muy importantes dentro del acogimiento especializado. El apoyo continuo de ambas familias, así como de otros adultos de referencia de su entorno (plantilla técnica de acogimiento, profesorado, etc) puede brindarles la confianza y las habilidades necesarias para enfrentar estos desafíos de manera proactiva y constructiva. El apoyo de los adultos les puede ayudar a tomar decisiones que estén alineadas con sus metas y valores personales. Ellos pueden ayudarle a informarse y reflexionar sobre las distintas opciones que contemple.

Es un proceso complicado en el que los adolescentes en acogimiento familiar pueden enfrentar una serie de retos que conllevan nuevos desafíos emocionales. El apoyo emocional de la familia de acogida y de la familia de origen es fundamental para manejar estos desafíos y fortalecer su salud emocional y mental.
Desde el Servicio AFE se propone desarrollar junto con el adolescente, la familia acogedora y la familia de origen un Plan de Apoyo a la Emancipación individualizado. En armonía con este Plan iremos respondiendo a las necesidades de cada uno de los agentes implicados en las distintas fases, dotándoles nosotros también de los apoyos necesarios para superar sus propios desafíos.

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