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ítacas
Con la iniciativa social adormeci-
da, a mediados de los años 80 se
produce un intento de relanzar el
asociacionismo.
Tras el espejismo inicial de que
el estado podría asumir todas las
reivindicaciones sociales, el
asociacionismo vuelve a resurgir
en nuestro país, aunque algunos
autores manifiesten su pesimis-
mo al pensar que es poco activo
(Juarez y Renes, 1994)
Es cierto, que determinada forma
de asociacionismo, digamos tra-
dicional, parece entrar en crisis,
pero aparecen y se desarrollan
otras que reemplazan a aquellas.
Es en este marco, en el cual Tra-
ma dará sus primeros pasos, ya
hace mas de veinte años y aun-
que el tango diga que eso no es
nada, si que es tiempo suficiente
para ser el bagaje de una asocia-
ción.
En 1984, dos años después de
los fastos del Mundial de Fútbol
doce de Naranjito, encontramos el ger-
men de lo que hoy es Trama. Tan
Asociación
solo son un grupo de jóvenes in-
quietos con ánimo de contribuir
al cambio social de su barrio, a
través de actividades de ocio y
tiempo libre, con población en
riesgo de exclusión social.
Ese mismo año la Cooperativa
Kelli, que gestionaba los progra-
mas de garantía social en el dis-
trito, ya extinguido, de Mediodía
se pone en contacto con ellos.
Partiendo de esa primera expe-
riencia, comenzaron a trabajar en
distintos barrios, Villa de
Vallecas, Pozo del Huevo,
Entrevías, San Cristóbal y San
Fermín, del mencionado distrito
de Mediodía, en programas de
educación de calle y talleres ocu-
pacionales.
Desde el inicio, la vinculación al
distrito de Puente de Vallecas y al
trabajo en calle ha sido una cons-
tante, así como la intervención en
el área de ocio y tiempo libre con
menores.
Centro Trama