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sistema académico. Cada tres años la Comisión Europea publica estadísticas con datos
            de todos los países de la Unión Europea que ponen de manifiesto que, a pesar de que
            las mujeres obtienen el 60% de los grados otorgados por las universidades públicas y
            el 47% de los doctorados, solo ostentan el 21% de las cátedras de universidad. Estas
            cifras  bajan  al  35%,  47%  y  13%  respectivamente  cuando  nos  restringimos  a  las

            carreras  de  ciencias  e  ingenierías.  La  evolución  de  la  presencia  de  mujeres  en  las
            categorías  altas,  aunque  positiva,  es  muy  lenta.  Los  datos  correspondientes  a  la
            situación en España son muy parecidos a la media europea.


            Aunque  la  participación  de  las  mujeres  en  las  carreras  de  ingeniería  y  ciencias
            está alrededor del 30%, el porcentaje de mujeres catedráticas está muy por debajo
            de  ese  porcentaje,  ¿qué  factores  cree  que  influyen  en  la  desigual  participación
            femenina en los puestos de responsabilidad? En su opinión, ¿cuáles son las causas
            de segregación vertical en el ámbito científico?

            La  baja  proporción de  mujeres en  las categorías académicas más altas influye en la
            escasa representación femenina en los puestos de responsabilidad que, en general, en

            las instituciones académicas se nutren de catedráticos. En las universidades españolas
            solo un 8% de los rectorados los ocupan mujeres y hasta  2017 ninguna mujer había
            presidido  el  Consejo  Superior  de  Investigaciones  Científicas.  Las  causas  de  esta
            situación  son  complejas  pero,  sin  duda,  están  relacionadas  con  los  “estereotipos  y
            barreras culturales y sociales que encuentran las niñas y mujeres para acceder a los

            estudios  y  para  desarrollar  la  carrera  profesional”  como  explicó  Irina  Bokova,
            Directora General de la UNESCO, en el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en
            la Ciencia.


            Estas  desigualdades  también  se  ven  reflejadas  en  los  premios  científicos,  ¿qué
            impacto tiene esto en la carrera de las mujeres científicas?


            La  proporción de mujeres que obtienen  premios científicos es  muy baja. En toda  la
            historia del Premio Nobel, desde 1901 hasta 2017 solo un 5,8% de los premiados son
            mujeres. En España  menos del 8%  de los Premios Nacionales de Investigación han
            recaído  en  mujeres,  sin  embargo  las  mujeres  obtuvieron  el  52,3%  de  los  Premios
            Extraordinarios  Fin de Carrera que el Ministerio concede a los mejores expedientes.
            Los premios representan un reconocimiento al trabajo científico y si las mujeres no los

            reciben sus logros tienen menor repercusión y menor visibilidad.


            Hay estudios que apuntan a la existencia de sesgos de género a la hora de evaluar
            y  valorar  los  méritos  científicos  de  las  mujeres,  ¿qué  se  puede  hacer  para
            neutralizar el impacto de estos sesgos?


            La  valoración  de  los  méritos,  a  pesar  de  los  muchos  indicadores  de  calidad  que
            tenemos, está sujeta al criterio de los jurados. Como indican muchos estudios, el peso


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