El acogimiento familiar y la adopción son dos formas de ofrecer un hogar seguro a los/as niños, niñas y adolescentes (NNA) que lo necesitan por encontrarse bajo medida de protección. Estas dos medidas en ocasiones se confunden, pero el acogimiento tiene un carácter temporal o permanente y la adopción es una medida de carácter definitivo. Para comprender estos conceptos es esencial conocer las diferencias entre ambas medidas. A continuación, en esta entrada del blog exploraremos las características de cada una y aclaramos algunos mitos comunes:
En primer lugar, la principal diferencia entre adopción y acogimiento radica en la estabilidad de la medida. La adopción es un proceso legal que crea un vínculo permanente y definitivo entre quien adopta y quien es adoptado/a. El/la niño/a o adolescente se convierte legalmente en hijo/a de quien adopta y, por tanto, los derechos y responsabilidades que les vincula son para toda la vida.
En contraste, el acogimiento familiar es una medida de protección con una duración acotada en el tiempo. Los/as NNA en acogimiento pueden regresar a sus familias biológicas si las circunstancias de ésta lo permiten porque se hayan resuelto los problemas y dificultades que hicieron que no fueran cubiertas adecuadamente las necesidades de los/as NNA a su cargo. El objetivo principal del acogimiento es proporcionar un entorno seguro y estable que cubra sus necesidades mientras se decide su futuro. Es necesario destacar que todos/as los/as NNA tienen derecho a crecer en familias, no obstante, hay menos familias dispuestas a acoger que NNA bajo medida de protección. Por ello, el acogimiento residencial es frecuente y también es una medida que cubre sus necesidades. No obstante, un acogimiento familiar especializado busca ser una medida mucho más intensiva que mediante una atención muy individualizada y específica proporcione un ambiente reparador a quienes más han sufrido.
Y para conseguir que más familias se decidan por iniciar un acogimiento es necesario proporcionarles información fideligna sobre el proceso, los beneficios personales que se pueden obtener, pero también las dificultades que pueden afrontar. También es necesario combatir una serie de prejuicios, estereotipos y mitos extendidos en nuestra sociedad sobre el propio proceso de acogimiento. Algunos de los más comunes se detallan a continuación:
1. El acogimiento siempre conduce a una adopción.
Aunque algunos/as NNA en acogimiento pueden ser eventualmente adoptados/as, esta es una circunstancia muy poco frecuente. Lo más habitual es que el/la NNA cumpla la mayoría de edad bajo la medida de acogimiento (ya sea en modalidad residencial o familiar) porque no se cumplen los supuestos para cambiar su medida a adopción. En cualquier caso, el propósito del acogimiento es ofrecer un hogar temporal mientras se trabaja en la reunificación familiar con la familia de origen, algo que ocurre con mayor frecuencia de la que cabría pensar.
2. Solo las familias sin hijos/as pueden acoger.
Cualquier familia, independientemente de su composición, puede convertirse en familia de acogida, siempre que cumpla con los requisitos establecidos por las autoridades de protección infantil. Lo más importante es que puedan ofrecer un entorno seguro y afectuoso que cubra sus necesidades. En cualquier caso, los requisitos que recoge la Comunidad de Madrid son los siguientes:
- Tener medios de vida estables y suficientes.
- Disfrutar de un estado de salud, física y psíquica, que no dificulte el normal cuidado del menor.
- En caso de parejas, convivencia mínima de tres años.
- Carencia en las historias personales de episodios que impliquen riesgo para la acogida del menor.
- Flexibilidad de actitudes y adaptabilidad a situaciones nuevas.
- Comprensión de la dificultad que entraña la situación para el menor.
- Respeto a la historia personal del menor.
- Aceptación de las relaciones con la familia de origen del menor, en su caso.
- Actitud positiva para la formación y la búsqueda de apoyo técnico.
3. Los niños en acogimiento tienen muchos problemas de comportamiento.
Aunque algunos/as NNA han experimentado un desarrollo traumático y pueden necesitar apoyo adicional, muchos se adaptan bien con el cuidado y la orientación adecuados. Además, sas familias de acogida reciben formación y apoyo para manejas diversas situaciones y necesidades.
4. El acogimiento es una decisión a largo plazo.
El acogimiento puede ser a corto o largo plazo, dependiendo de las necesidades del/la NNA y de su situación familiar. Algunas familias se especializan en acogimientos de emergencia, mientras que otras se comprometen a cuidados de más larga duración.
Sabiendo todo esto, para una familia que esté buscando incorporar a un nuevo miembro no biológico en su unidad familiar, puede recurrir a la vía de la adopción o a la vía del acogimiento. Elegir entre adopción y acogimiento depende de muchos factores, incluidos los deseos y capacidades de la familia y las necesidades específicas que se estén buscando. Es importante informarse adecuadamente y considerar el compromiso emocional y logístico que implica cada medida, no sólo en el corto plazo, sino también para el futuro del/la NNA y de la propia familia.
La principal recomendación para cualquier familia interesada en alguna de estas dos modalidades es informarse a través de los técnicos de la Comunidad de Madrid y de las entidades responsables de gestionar los programas, como por ejemplo la Asociación Centro TRAMA. Organizaciones y servicios de protección ofrecen recursos y orientación para ayudar en la toma de decisiones.
En conclusión, tanto la adopción como el acogimiento son vitales para ofrecer seguridad y cuidados a los/as NNA que lo necesitan. Comprender las propias motivaciones de las familias, las diferencias entre las distintas medidas y desmitificar sus procesos es esencial para tomar decisiones que beneficien a todas las personas involucradas, a fin de asegurar el máximo bienestar posible de los/as NNA.