Casi todos nosotros desde la infancia, hemos deseado tener una mascota para cuidarla y protegerla, y entre ellas, el perro siempre se ha presentado como un amigo fiel y protector de la raza humana, especialmente de los más pequeños.
Hoy en día, el papel del perro transciende el nivel lúdico como animal de compañía y mejor amigo del hombre, convirtiéndose también en un aliado y una fuente de ayuda psicológica. De esta forma se presenta Bocalán, una Fundación caracterizada por la inclusión de animales dentro de procesos terapéuticos o educativos con diferentes colectivos como agentes de motivación, que permiten a los psicólogos o terapeutas de la intervención, conseguir una mayor participación por parte de los usuarios o alumnos.
Los animales sirven de unión entre el terapeuta y el niño, por lo que es mucho más fácil recibir el tratamiento de una forma “inconsciente” y trabajar con ello de una forma más lúdica, donde el menor más bien cree que está jugando mientras se están desarrollando habilidades conductuales, de sociabilización, motrices…
Las actividades con perros tienen varios objetivos que podemos emplear con los menores de la Residencia Infantil “Madre Teresa” en el área de aprendizaje, ya que se ha demostrado que son muy útiles a nivel psicológico, cognitivo y psicomotriz, con efectos muy beneficiosos en la socialización.
Este encuentro de manera general, se puede centrar en diferentes actividades dirigidas a potenciar las habilidades de comunicación y relación personal, mejorar la autoestima y autonomía de los menores, realizar actividades motrices concretas, mejorar las relaciones y habilidades sociales, reducir posibles estados de ansiedad y fomentar el sentido de la responsabilidad.
Consideramos que se pueden trabajar numerosas líneas de actuación dirigidas a trastornos negativistas y desafiantes en el caso de los más mayores de la Residencia, utilizando entre otras técnicas, la modalidad de “entrenador de perros”, donde se demuestra que en el aprendiz fomenta la creación de vínculos, regula las pautas de comunicación (si la comunicación es hostil, el perro no interactúa) y, entre otras, facilita el desarrollo emocional desbloqueando caricias y palabras amables.
En la Residencia Infantil se dan otro tipo de trastornos que también se podrían abarcar, como es el caso del TDHA. En la terapia con niños y adolescentes que tienen este tipo de trastorno se origina una mayor relajación sobre el paciente, ya que la atención es dirigida al animal, por lo que se inhibe el comportamiento del mismo al estar él pendiente de lo que va a hacer el perro. También el animal es un objeto transicional para dar salida a emociones y su presencia hace que el menor mantenga su atención fijada en el exterior, lo que le ayuda a percibir mejor el comportamiento de otros niños y del terapeuta.
Son numerosos los beneficios que se alcanzan con la intervención asistida con animales, por lo que creemos que Bocalan es idónea para obtener no solo beneficios físicos o mejoras en los distintos comportamientos o trastornos de nuestros menores, sino que sin duda, será una fuente de emociones en la Residencia, acrecentando la empatía del grupo, fomentando la responsabilidad, el respeto y el trabajo en equipo.
Durante 3 sesiones hemos hecho un encuentro y acercamiento con la fundación con el objetivo de poder seguir trabajando en profundidad terapias con menores que por características individuales les sea beneficioso esta intervención.