Page 1 - Boletín Psicología y Salud
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El Programa de Asistencia Psicológica te ofrece el boletín de Salud y Psicología, aportando información para mejorar la
calidad de vida tanto en el ámbito profesional como personal.
¿Puedo estar realizando Mobbing sin saberlo?:
Cómo mejorar la convivencia en el trabajo
En el trabajo pasamos gran parte del
tiempo. Por tanto, vivir en buena sintonía con
nuestros compañeros, mandos o subordinados
es fundamental para el bienestar.
Pero, incluso en nuestro ámbito del trabajo
social, en ocasiones podemos estar generando
malestar a algún compañero/a, incluso sin
darnos cuenta.
Veamos algunas conductas a evitar para
asegurarnos de no estar realizando conductas
propias del mobbing:
1. No trates de forma diferente a ningún
compañero/a. Es lógico que exista más
o menos afinidad con unos
compañero/as que con otros/as. Es humano y no con constituye una conducta de mobbing. Pero lo
que sí debemos evitar es discriminar a ningún compañero/a en cuanto al trato laboral, como por
ejemplo criticar sistemáticamente cualquier iniciativa o tarea que exprese o realice, cuando no lo
hagas con el resto del equipo.
2. No aísles o incomuniques a ningún compañero/a. Si cuando cierto compañero/a habla no le
contesto o le contesto con monosílabos. Si aviso a todos los compañeros/as para ir a desayunar…
excepto siempre a la misma persona. Si pido siempre a esa persona que realice actividades en
solitario, aparte del grupo por sistema. Si facilito información relacionada con lo laboral a todos los
compañeros excepto a él/ella… estoy realizando una conducta de mobbing por incomunicación o
aislamiento.
3. No critiques a ningún compañero si no está presente. Un hábito saludable dentro de cualquier
equipo de trabajo es respetar la norma de no criticar a nadie que no esté presente. Si deseamos
realizar una crítica o pedir un cambio a un compañero, debemos hablar, en un primer momento, a
solas con él/ella. Si el conflicto se mantiene, debemos pedir la intermediación de nuestro mando
inmediatamente superior.
4. Evita la rumorología. En muchas ocasiones el inicio de un conflicto en el trabajo puede ser una
simple frase que empiece por “Yo creo que lo que le pasa es que…” En nuestra cultura estamos
acostumbrados a iniciar rumores sobre aspectos de la vida personal de otra persona. “Cómo va a
tener pareja, con la forma de ser que tiene…”, “Yo no sé si se ducha antes de venir al trabajo…”,
“Tendría que ir al psicólogo, yo creo que no está bien”, son algunos ejemplos.
5. No justificar el mobbing. Nadie queremos vernos como alguien que está hostigando a un
compañero/a. Por ello, nuestra mente puede generar justificaciones para aislar o tratar mal a cierta
persona: “Es que es un mal trabajador/a”, “Es que siempre va a su aire”, “Propone ideas nuevas al
coordinador/a para dejarnos en mal lugar a los demás”, “Si supiera hacerse respetar no pasaría
nada”, “Es que se agobia con nada, es muy sensible”
6. Situaciones facilitadoras de mobbing. En muchas ocasiones este tipo de conductas de hostigamiento
se producen en contextos de incertidumbre o por un sentido de la competencia mal entendido en
periodos de renovación de una licitación, tras la incorporación de un nuevo compañero/a, a raíz de
un cambio de coordinador/a…
7. Evitar la complicidad. La mayoría de conductas de mobbing se quedarían en nada si el entorno no es
cómplice (por acción o por omisión). Por tanto, si te das cuenta que algún compañero/a está
haciendo sentir mal a otro/a, házselo notar, en privado y hablando con franqueza y confianza: “A lo
mejor no te das cuenta, pero fíjate que siempre que fulanito/a dice algo le contestas mal…”
En el entorno social, cuidar a los demás es cuidarnos a nosotros mismos porque el ambiente de trabajo
determina nuestro bienestar durante gran parte del día. Cuidémonos mutuamente.
Programa de Asistencia Psicológica al Empleado